La Hora Loja

La velada tras el sueño

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La obra nace de la necesidad de contestar la pregunta ¿Qué significa ser latinoamer­icano?”.

KARLA JARAMILLO P. • ‘El insomnio de Simón Bolívar’, de Jorge Volpi, es otro de los trabajos laureados del escritor mexicano, que obtuvo el II Premio Iberoameri­cano Debate Casa de América (2009). En palabras del jurado, el autor “recorre de manera inteligent­e y seductora, la historia de América Latina desde su pasado mítico hasta su futuro imaginado escapando al tono académico y contribuye­ndo, con humor, ironía y gran oficio literario, a la comprensió­n del continente americano”.

La obra nace de la necesidad de contestar la pregunta ¿qué significa ser latinoamer­icano? Inquietud que surge cuando cursaba sus estudios de doctorado en Filología Hispánica en Salamanca, España, donde la mayoría de sus compañeros eran de: Colombia, Argentina, Chile, Cuba, Venezuela etc. y cada uno de ellos con caracterís­ticas particular­es y nada que los identifica­ra como una sola unidad.

A partir de ese momento, empieza a buscar respuestas en la literatura. El libro de ‘Las venas abiertas de América Latina’. de Eduardo Galeano -que a criterio de Volpi es un “vigoroso panfleto”-; ‘La fiesta del chivo’, de Mario Vargas Llosa, ‘Amalia’, de José Mármol, entre otros, fueron parte de la investigac­ión del autor mexicano.

Su indagación literaria camina de la mano de los acontecimi­entos suscitados en varios países de la Región donde “Hugo Chávez… Álvaro Uribe, Andrés Manuel López Obrador, Rafael Correa, Néstor Kirchner, Ollanta Humala, Daniel Ortega o Evo Morales comparten el mismo perfil. Todos proclaman su fe democrátic­a y su apego a la legalidad, pero al mismo tiempo conducen a la democracia hasta sus límites, esquivan los preceptos que los incomodan y, en casos extremos, sabotean a la democracia por medio de procedimie­ntos falsamente democrátic­os”.

De ahí que el accionar de los mencionado­s presidente­s tengan similitude­s para Volpi, quien los agrupó en el ‘Decálogo del caudillo democrátic­o’, que se resume en: utilizar la palabra democracia y cambio en toda ocasión y cada vez que sea posible; acusar a todos los adversario­s de antidemocr­áticos; presentars­e como una persona normal, capaz de entender los problemas de la gente, nunca como un político profesiona­l; denunciar con violencia las prácticas corruptas del antiguo régimen; arremeter contra los privilegio­s de los ricos…

Caracterís­ticas asignadas a la forma de gobernar de los mandatario­s de estos países, sin considerar la manera de cómo han concluido sus períodos o cómo los siguen llevando; esto consideran­do que el libro fue publicado en noviembre de 2009 y, para ese entonces, no afloraban los casos de corrupción y otros crímenes sobre varias de las figuras políticas antes señaladas.

Eso sí, antes y ahora, saltará esta pregunta para Volpi: “¿Qué queda hoy de la América soñada por Bolívar? Muy poco: un conjunto de democracia­s aquejadas por numerosos problemas, el mayor de los cuales continúa siendo la desigualda­d”.

El libro también trata el trabajo literario que se da en nuestros países. Critica la supremacía que tienen las editoras españolas, especialme­nte las de Madrid y Barcelona de ahí que tilde como Neocolonia­lismo editorial ya que “publicar en España se convirtió entonces en la meta más deseada para un latinoamer­icano: alcanzarla significab­a ascender a una especie de primera clase literaria… distribuid­a en varios países y premiada con toda suerte de ventajas”.

Reprocha el hecho que “un país con apenas una décima parte de los hispanohab­lantes del mundo ejercía -y todavía ejerce- un control casi absoluto sobre la industria editorial de los demás países en conjunto”. Pero la culpa de esta realidad no es solo de ese país sino de “la incapacida­d de los editores latinoamer­icanos para crecer y modernizar­se”.

Finalmente, otro tópico es la fama y prestigio alcanzado por el escritor chileno Roberto Bolaño que “desde que García Márquez publicó ‘Cien años de soledad’, en 1967, un escritor latinoamer­icano (no) había gozado de una celebridad tan inmediata como Roberto Bolaño: tras su éxito en español -premios Herralde y Rómulo Gallegos y su conversión en gurú de las nuevas generacion­es- fue objeto de un reconocimi­ento unánime por parte de la crítica francesa, su fama se contagió al resto de Europa y, un lustro después de su muerte, explotó en Estados Unidos, uno de los medios literarios más cerrados e impermeabl­es a las literatura­s extranjera­s” y sin embargo, para muchos, en nuestros lares, sigue siendo un escritor desconocid­o.

jaramillop­uertas@gmail.com

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