Venezolanos en bus accidentado no eran turistas
Ayer se reveló que, en realidad, venían huyendo de la situación de su país. Autoridades corrigieron cifras.
El viaje que emprendieron los venezolanos que murieron en el accidente registrado el martes en la vía Pifo–Papallacta no era turístico. Eduardo Febres Cordero, presidente de la Fundación de Venezolanos en el Exterior, reveló: “Venían de mochileros huyendo de la crisis. Su destino final era Perú y entraron por San Miguel”.
Agregó que uno de los sobrevivientes informó que, a bordo del autobús viajaban ocho de sus compatriotas, pero no precisó si ellos pagaron un pasaje o si su abordaje fue por una buena voluntad del conductor.
Explicó que salieron desde Maracay, haciendo escalas en Venezuela, Colombia, caminaron hasta Ecuador y, aparentemente, en Lago Agrio habrían abordado la unidad siniestrada.
Lo cual, según aseguró más tarde el jefe de Antinarcóticos, Carlos Alulema, es una ruta inusual. Tampoco se ha logrado establecer cuál era el destino del bus.
Alulema confirmó que el viaje se hizo de manera gratuita, lo que le resultó, por lo menos, “sospechoso”, según sus declaraciones. Adelantó que han abierto una profunda investigación, que empezará en el bus.
El jefe de Medicina Legal de Quito, Kleber Viteri, corrigió, además, las cifras oficiales. Los fallecidos ingresados a la
morgue por el accidente fueron 23 y no 24, como se informó el martes. Explicó que hubo una confusión por el ingreso de otro cadáver, pero proveniente de un accidente distinto.
Precisó que 7 cuerpos corresponden a colombianos, 4 a venezolanos y 2 (menores de edad) a ecuatorianos.
El reconocimiento de los cadáveres se complicó porque ninguno tenía un documento de identificación, pero el cruce de información con los consulados y las embajadas de Colombia y Venezuela permitió darle una identidad a los cuerpos. El oficial no quiso revelar los nombres de los fallecidos y tampoco dio plazos para reconocer todos los restos. Según dijo, depende de la información que se remita desde esos países.
Las omisiones
Expertos en seguridad vial explican que este caso refleja un patrón. Las fallas en los controles empiezan aún antes de que los buses circulen, debido a la falta de exigencia de certificados de Revisión Técnica Vehicular en la mayoría de provincias, donde solo se realizan inspecciones visuales, señaló Guillermo Abad, director de Justicia Vial.
La cadena de errores continúa con falta de cumplimiento de cláusulas de garantías de seguridad y comodidad, establecidas en los propios contratos de operación. Las fallas siguen con escasos controles a excesos de velocidad.
En el caso del bus accidentado, Justicia Vial y el Observatorio Ciudadano de Movilidad señalan que en el puesto fronterizo no se exigieron documentos fundamentales.
(Ver recuadro)
“Estos documentos debían ser exigidos en cada país por el que circuló. En este caso debió ser requerido en la frontera por la Comisión de Tránsito del Ecuador y en el trayecto por la Policía Nacional de Tránsito”, sostuvo Cristóbal Buendía, representante del Observatorio.