¿Sillón de Mercadillo?
Según la tradición, a quien ha sido electo Alcalde de Guayaquil, se le dice que ocupará “el Sillón de Olmedo”, con el fin de hacerle tomar conciencia de la trascendencia histórica de este cargo, que debe ser desempeñado con elevado espíritu patriótico, como lo hiciera Don José Joaquín de Olmedo y Maruri, insigne abogado, poeta y patriota guayaquileño, protagonista de la independencia de Guayaquil, alcanzada el 9 de octubre de 1820. Una vez que Guayaquil fue liberada del yugo español, José Joaquín de Olmedo fue designado Presidente del Gobierno Provisorio de la Provincia Libre de Guayaquil, ocupando un sillón aureolado con la luz de la independencia y la libertad, para convertirse en el trono emblemático a ser ocupado por sus sucesores, los alcaldes de la Libérrima Perla del Pacífico. Está bien replicar esta histórica tradición guayaquileña en otras ciudades, pero es preciso pensarlo y repensarlo para ser coherentes con la historia de Loja, teniendo cuidado con lo que decimos. Por ello, con absoluto respeto a Loja, nuestra segunda madre patria, que nos acogió con cariño maternal, nos permitimos preguntar: ¿Estará bien decir en Loja que el Alcalde ocupa “el Sillón de Mercadillo”, fundador español de la ciudad? ¿Por qué entonces los guayaquileños no se refieren al “Sillón de Orellana”, fundador español de la ciudad? ¿Es Mercadillo un auténtico emblema de Loja? ¿No será más emblemático Don José María Torres Riofrío, primer Jefe del Gobierno de Loja luego de proclamada su independencia en 1820, o Don Manuel Carrión Pinzano, Presidente del Gobierno Federal de Loja en 1859?
Debemos sentir orgullo de la libertad y de nuestros libertadores; no de seres extraños que, a título de fundadores, violentaron los derechos de nuestros antepasados.
Dr. Camilo Espinosa Pereira Asesor Educativo Zonal-Loja