Así se enriqueció Rafael Correa
El presidente Rafael Correa no era el llamado a liderar una reforma judicial que elevara la independencia y calidad de la Justicia, pues se enriqueció indebidamente valiéndose de la dignidad que ostentaba.
A fines del siglo pasado, el Banco La Previsora lo demandó por una pequeña factura de su tarjeta de crédito. Diez años después, y cuatro días antes de asumir la presidencia, presentó una demanda por daño moral contra Banco del Pichincha (adquirente de la cartera), aduciendo que había afectado su honra al colocarlo en la Central de Riesgos. El juez de carrera que dictaría sentencia, Alfredo Grijalva, fue intempestivamente reemplazado por uno temporal, Fabricio Segovia, que ordenó el pago de los cinco millones de dólares reclamados por Correa.
El tribunal de segunda instancia redujo la indemnización a $300.000, elevada a $600.000 en casación por la Corte Nacional de Justicia.
Correa esperó a convertirse en presidente para demandar al banco acreedor. Había aceptado la deuda impaga, pues la canceló al Banco Pichincha años después de haber sido notificado con la mora. Para justificarse, alegó que su secretaria había pagado sin su consentimiento, lo que nunca probó.
A las audiencias de un juicio personal acudió con el asesor jurídico de la Presidencia, edecanes y policías, con evidente propósito intimidatorio.
Los magistrados de la Corte Nacional que duplicaron la indemnización, cambiaron la sentencia apelada, a pesar de que la
casación no puede modificarla y solo debe pronunciarse sobre su legalidad. Uno de sus autores, Carlos Ramírez, integró la nueva Corte Nacional.
La indemnización que se otorgó a Correa fue muchísimo más alta que la habitualmente concedida en casos análogos. Su abogado, Galo Chiriboga, fue designado fiscal general.
El ya presidente no pagó impuesto a la renta por los
$600.000 recibidos; fue eximido de hacerlo por el director del SRI, Carlos Marx Carrasco. Para favorecer al presidente, de cuya autoridad dependía, Carrasco violó la Ley de Régimen Tributario, que grava con impuesto a la renta “los ingresos de fuente ecuatoriana obtenidos a título gratuito o a título oneroso”.
Preguntado sobre el destino que daría a la abultada suma, Correa dijo: “veremos si la damos a los pobres o compramos la sede de Alianza PAIS”. No hizo lo uno
ni lo otro. La usó para comprarse un apartamento en Bruselas por $331.000 y transfirió el saldo, inicialmente depositado en un banco nacional, a un banco en Alemania.