Domingo 7

Coloquialmente se utiliza la frase “domingo siete” para relacionarla con una metida de pata, cuando una persona realiza alguna tontería, comentario inapropiado o ha cometido un grave error.

Dada la casualidad, este domingo 7 de febrero del año en curso, las y los ecuatorianas/ os acudiremos una vez más a las urnas en un acto de civismo y supremo amor a la patria, para ejercer nuestro legítimo derecho al sufragio. Derecho que a la vez se vuelve una ineludible responsabilidad, pues con nuestro voto elegiremos a las principales dignidades de nuestro país, y no podemos darnos el gusto de salir con un “domingo siete”.

Por lo mencionado, llegó el momento de saber escoger y decidirnos por el cambio, o, por el contrario, seguir en la misma línea de los últimos catorce años. Es el momento de cuestionarnos si queremos gobernantes que estén sometidos por la corrupción, aliados a grupos guerrilleros y al lavado de activos o es el momento de dar nuestro apoyo a nuevos candidatos, cuya visión sea el de un estadista que privilegie, la salud, educación y empleo. Además, debemos buscar candidatos que tengan un perfil de honestidad, responsabilidad y trabajo, y apoyar a quienes respeten las libertades y derechos fundamentales, incentiven la inversión interna y externa, velen por la propiedad privada, cree nuevos puestos de trabajo; y, sobre todo quien impulse el fomento de las actividades productivas en el sector agropecuario.

Nos estamos jugando el futuro de nuestro país, tenemos una deuda pendiente con las nuevas generaciones y nuestra herramienta principal para el cambio es nuestro voto; con el cual sepultemos la corrupción, el autoritarismo, la caridad pública y a populistas que han prostituido la praxis política en nuestro país.