Peligro regional
“Recuperamos Bolivia” dijo Samper, elegido presidente de Colombia en 1994 con dinero del cartel de Cali. Lo dijo la semana pasada ante el Grupo de Puebla, y enfatizó: “Esperamos ganar las elecciones en Ecuador”. Rafael Correa, también miembro, fue elegido presidente en 2007, con aportes del narcocartel de las FARC.
Andrés Arauz, el candidato de Correa cuenta con el apoyo y el dinero del narcocartel del ELN, según reveló la revista Semana.
De ganar, se teme que revitalizaría el aparato logístico-políticomilitar que Correa facilitó a las FARC y que sería aprovechado por el ELN para expandirse en el andén Pacifico binacional por donde sale más del 70% de la cocaína colombiana.
El narcotráfico, la minería ilegal y el crimen organizado
transnacional crecerían más en el poder político en Latinoamérica.
El escenario de organizaciones criminales que delinquen en 586 kilómetros de frontera terrestre colombo-ecuatoriana y 200 millas de marítima es complejo: ELN, disidencias FARC, FARC marquetalianos, Bloque Alfonso Cano, Frentes Comuneros y Cordillera Sur, Oliver Sinisterra, Franco Benavidez, Clan del golfo, Autodefensas gaitanistas, Contadores, Sinaloa; más de 20 grupos armados ilegales operan en la frontera.
Desde Venezuela, el ELN, señalado financiador de la dupla Arauz-Rabascall, crece. Ahora está en Loreto, Perú, además en Sucumbíos, Carchi y Esmeraldas, con un novedoso ‘Colectivo Insurgente’ en expansión.
Además de las narcoredes colombo-ecuatorianas compuestas por grupos armados, políticos, empresarios oportunistas, militares e indígenas infiltrados,
Ecuador, con la tercera deuda más grande de América Latina con China, después de Venezuela y Brasil, vería comprometidas su estabilidad y su soberanía.
En la región, la izquierda a los narcos les ofrece “abrazos, no balazos,” anunció López Obrador en su posesión, pasando por alto algo la lección más dolorosa, y es que detrás del dinero narco, siempre llega la violencia narco.