Discurso contra el odio en medio de un fuego cruzado
Campañas de desprestigio y de ataque en contra de los detractores vuelven a la palestra pública.
La desinformación está a la orden del día en las redes sociales y es parte de la campaña sucia, en medio del actual proceso electoral. Se trata de una estrategia de comunicación que busca sumar votos para un candidato, desprestigiando al otro.
En redes se puede ver hashtags como #LeloArauz o #BanqueroLasso, de la mano de fuertes críticas o videos y fotos manipuladas como aquella que muestra al candidato Guillermo Lasso (CREO) vacunándose cuando aún no ha recibido la vacuna; o, el video de Andrés
Arauz (UNES), con una voz montada diciendo que quiere implementar en Ecuador el sistema venezolano.
Esta misma táctica de desinformación se evidencia en momentos coyunturales clave, como octubre de 2019, durante el paro; y, ahora, durante las elecciones. Es así que, la información falsa circula en todas las redes, con gráficas elaboradas con elementos montados, videos con audios sobrepuestos, mensajes de texto y audio que circulan por WhatsApp sin que sus autores se identifiquen.
“La política local, al igual que la mundial, tiene muchos ‘fakenews’, que han incrementado desde que las redes sociales cobraron fuerza. Durante las campañas electorales circula mucha información inexacta y para viralizarla se crean cuentas falsas, eso es parte del folclore de las campañas”, comenta el consultor político Jorge León.
Esta estrategia, que es generada por los equipos de campaña de cada candidato, se enfoca en los puntos débiles de cada actor.
El odio… ¿pasó de moda?
Andrés Arauz apareció el 16 de marzo en TikTok luciendo una gorra que dice “Más amor, menos hate”, mientras tanto sus coidearios y compañeros del movimiento Unión por la Esperanza (UNES) promueven la estigmatización y ataque a la prensa usando las redes.
Los ataques a medios de comunicación y comunicadores, desde el correísmo, no son nuevos; de hecho, se convirtió en una tradición del expresidente, Rafael Correa, cuando llegó a Carondelet en 2007. Ese mismo año, el 20 de enero, inició con la transmisión de su informe semanal de actividades, mejor conocido como “Sabatina”.
Aunque en las primeras emisiones respondió a las preguntas de los periodistas, pasó poco antes de que usara ese espacio para atacar no solo a la prensa; sino, también, de uno en uno, a todos sus detractores. Usando incluso su influencia para convocar a sus simpatizantes a “responder” ante cualquiera que cuestionara su Gobierno.
Los episodios en donde Correa insultaba a periodistas y detractores políticos son innumerables y no se detuvieron tras su salida. El exmandatario, desde Bélgica continúa usando sus redes sociales con fines de confrontación.
Este es un fantasma que hace sombra a Arauz en las elecciones y jugó en contra el 14 de marzo, cuando el candidato publicó en Twitter: “El odio ya pasó de moda. En mi gobierno, jamás perseguiremos a ningún opositor. Sobre todo, después de ver lo que han hecho con nuestros compañeros y compañeras y ver el dolor de sus familias. Quien tenga que rendir cuentas, lo hará con una justicia independiente, sin presiones”.
Esto lo hizo en respuesta a un intercambio de mensajes iniciado por la abogada María Dolores Miño, desde su propia cuenta, que un día antes escribió: “Solidaridad con todas las personas a quienes Rafael Correa ha agregado a su lista negra de tuits. El silencio de Andrés Arauz ante estos ataques evidencia que, en un eventual gobierno, la persecución no parará. Esto da miedo”.