El Hospital Quito Solidario se convirtió en punto de vacunación
Con pequeños y lentos pasos llegó Olguita Proaño, de 83 años, a recibir la vacuna contra la Covid-19, al Hospital Quito Solidario, en el parque Bicentenario.
La mujer de cabello canoso y baja estatura sujetaba, con una mano el brazo de su hija, y con la otra un bastón de madera que le sirve de apoyo porque “a esta edad una caída es cosa seria”, dice.
Cinco pasos
“Buenos días, tiene cita para vacunarse”, pregunta una de las brigadistas que la Secretaría de Salud del Municipio asignada para encargarse del primer filtro: constatar que la persona haya sido citada ese día.
Una vez que se ha cumplido ese paso se entrega un formulario de aceptación – de cinco hojas – donde el beneficiario debe escribir sus datos personales y responder preguntas referentes a si tiene alergia a algún medicamento, ha presentado tos o fiebre, si ha tenido Covid-19 o si padece diabetes, hipertensión o insuficiencia renal.
Estos datos son ingresados a la plataforma del Ministerio de Salud y, así, el
adulto mayor pasa que le tomen los signos vitales.
Si la presión y la frecuencia cardíaca son normales, llega el cuarto paso: la vacuna.
“Indíqueme el bracito, le vamos a poner la vacuna”, le dice una enfermera a Olguita que levanta su dedo pulgar para indicar que no le dolió.
Después pasa a una cama, donde por 30 minutos estará en observación. Dos médicos se acercan, le toman la presión y le dicen que puede hacer las actividades de siempre pero que no debe dejar de usar la mascarilla. Una hora después de haber llegado, Olguita y su hija se van.
Solo escongelan las dosis que se van a usar
A las 6:00 llegan los brigadistas del Ministerio de Salud –que se encargan de colocar las vacunas–, y del Municipio de Quito que entregan la información y permiten la movilización de los adultos mayores, pues hay quienes requieren sillas ruedas.
La noche anterior se alistan los puntos de información, formularios y equipos de triaje. Lo que llega el mismo día son las dosis de Pfizer.
“Ese es un proceso custodiado muy estricto”, comenta Martha Gordón, coordinadora de brigadas y vacunas de la Secretaría de Salud. Las enfermeras del MSP son las encargadas de ver que todo llegue a la temperatura adecuada y con los frascos íntegros.