EL PAíS O LA MAFIA

Así define la postura electoral, la última tendencia de términos (hashtags) de redes sociales. Las opciones no podrían ser más claras. Queda poco más de una semana para la segunda vuelta. Las opciones no son ideales, pero los medios de comunicación, varios movimientos políticos y las mismas campañas de ambos binomios han hecho un excelente trabajo en demostrar lo que millones de ecuatorianos saben: Andrés Arauz no es una opción política por sí mismo, sino la pantalla que escogió Rafael Correa y su organización para volver al poder. Si en algún momento el candidato Arauz tuvo alguna intención de desligarse de la estructura política y económica que lo lanzó al estrellato, le duró poco. Las fotos del cuarto de guerra del correísmo, tomadas -dicen- en noviembre de 2020 cuando ya se sabía que Correa no podría ser candidato, muestran a su cúpula, compuesta casi en la mitad por prófugos y criminales sentenciados, armando la estrategia. Los fondos de campaña no llegaron únicamente de lo que funcionarios del correísmo se llevaron en coimas, sobornos, extorsión, contratos publicitarios y otros, sino que existe evidente apoyo de la narcodictadura de Nicolás Maduro en Venezuela que, entre otros emprendimientos, aporta al partido español Podemos. La vinculación de la estructura criminal que gobierna Venezuela con la narcoguerrilla colombiana, así como con los carteles de narcotráfico mexicanos no es nueva ni secreta. La vinculación del correísmo con el ELN, tampoco. Podremos tener grandes diferencias con la opción electoral que no está vinculada con la narcoguerrilla y el crimen organizado. Aquellas serán, incluso, insalvables. Sin embargo, la decisión de fondo es votar por la mafia o no hacerlo.