Obesidad infantil: grave peligro
Lo mejor que podemos hacer por nuestros pequeños es involucrarnos de lleno en su problema.
A lo largo de los años la mayor preocupación tanto de las autoridades a nivel mundial como de los padres ha sido el peso bajo o peor aún la desnutrición, un término que tilda a un niño, una familia y hasta un pueblo, y con razón ya que las consecuencias que trae consigo un mal estado nutricional son muchas, tanto a nivel biológico como social. Pero nadie se ha preocupado por el otro extremo, porque nuestra cultura siempre nos ha hecho creer que un niño delgado es desnutrido y descuidado, pero un niño “gordito” es saludable, y bien cuidado.
Una problemática mundial
∙ En el mundo, el número de lactantes y niños pequeños (de 0 a 5 años) que padecen sobrepeso u obesidad aumentó de 32 millones en 1990 a 41 millones en 2016.
∙ En los países en desarrollo, la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil entre los niños en edad preescolar supera el 30%. ∙ Si se mantienen las tendencias actuales, el número de niños con sobrepeso aumentará a 70 millones para 2025.
Los niños obesos de hoy son los futuros hipertensos, diabéticos y enfermos crónicos, de ahí la importancia de la erradicación de este problema. Su mayor gravedad radica en la propia población, ya que es muy difícil eliminar de nuestra sociedad la creencia de que el exceso de peso representa buenos cuidados y salud, cuando en realidad es todo lo contrario.
Un futuro incierto
“La obesidad infantil está asociada a una amplia gama de complicaciones de salud graves y a un creciente riesgo de contraer enfermedades prematuramente, entre ellas, diabetes y cardiopatías”, datos de la Organización Mundial de la Salud, y es que las consecuencias no sólo son a futuro, sino que ya se las empieza a ver desde temprana edad.
En mi consulta atiendo de 12 a 15 niños diarios de los cuales 7 a 8 presentan sobrepeso u obesidad. Una vez realizado el diagnóstico se realizan una serie de exámenes para determinar la repercusión que esto ha tenido sobre la salud de los niños, principalmente glucosa, triglicéridos, colesterol e incluso enzimas cardiacas, ya que los riesgos cardiovasculares a los cuales se exponen los niños obesos son indiscutibles.
Importancia de la alimentación complementaria
Este evento representa un reto y una alegría para los padres, sin embargo, sin ánimo de hacer daño, aparecen muchas personas con muchos consejos que lejos de hacer bien, pueden llevar lentamente a un estado de obesidad.
Y es que en realidad es aquí en donde inician muchas veces los problemas de nutrición, sobre todo de la obesidad. Mamitas apuntando a la mejor papilla, a la mejor colada, llenando a sus hijos de vitaminas que en el 90% de los casos no son necesarias. Desde aquí empiezan los problemas de selectividad de alimentos, por desventaja los alimentos predilectos de los niños son los menos opcionados para una correcta alimentación.
Buscando soluciones
Parecería una solución fácil el mencionar la regulación de la alimentación y el inicio de hábitos saludables como la actividad física, sin embargo, esta accesible solución conlleva muchas dificultades. Y es que ni siquiera para un adulto resulta fácil hacerlo más aún para un niño. Intentar reducir en su alimentación el azúcar, por ejemplo, es todo un reto en un niño criado con coladas con exceso de panela.
O peor aún, cuestionarlo sobre realizar actividad física, si sus padres no realizan ninguna. Lo mejor que podemos hacer por nuestros pequeños es involucrarnos de lleno en su problema, incluso tomando como parte de responsabilidad en él, e incluyéndose en las prácticas como el ejercicio y cambiando la alimentación de toda la familia.