Cualquiera puede ser una víctima
° No importa si eres un ciudadano común y corriente o no tienes cuentas pendientes con nadie. Cuando el sicariato se vuelve rentable cualquiera puede ser una víctima.
“Créame que ya sea un profesional o un aspirante a sicario, si el día de mañana un sicario ejecuta la orden y es descubierto se va a ir disparando, defendiéndose y matando a alguien que es inocente”, señala el experto en criminología Juan José Hidalgo.
En lo que va de 2021, el Ministerio de Gobierno registra 43 homicidios intencionales, de los cuales siete fueron bajo la modalidad de sicariato. En todo 2020, hubo 11 asesinatos de este tipo.
Los hechos incluso pasan a plena luz del día y en espacios transitados como la avenida 6 de Diciembre en Quito, donde con ametralladoras mataron al abogado Harrison Salcedo, el 29 de abril de 2021.
Los sicarios del abogado no dejaron huella. Una semana más después (5 de mayo), del crimen de Salcedo, cuatro hombres mataron por equivocación a una mujer en una clínica de Guayaquil. Sus rostros fueron captados en las cámaras de seguridad.
Estos dos hechos, dice Hidalgo, muestran los dos tipos de asesinos a sueldo que operan en el país. Los primeros responden a un perfil de sicario ‘macro’. Que trabajan para grandes organizaciones internacionales y que son formados como asesinos profesionales a sueldo.
En el caso de la clínica se trata de delincuentes que “encuentran rentabilidad en matar por encargo pero que no actúan con un sistema de inteligencia, como los sicarios profesionales, y por ende cometen errores como no distinguir entre un hombre y una mujer y, además, dejarse ver por las cámaras”, explica.