Hasta el final
EDUARDO F. NARANJO C.
El inescrupuloso Maquiavelo sostiene que para mantener el poder es necesario mentir y mentir.
El saliente demuestra su cínica maestría en eso, apoyado desde el exterior ‘democrático’. En las últimas semanas arreció la propaganda ‘suave’. El mandatario participó en un foro armado como tantos organismos de discurso, donde dijo lo que se le ocurrió y hasta se quejó que siendo un “genial presidente tuvo un pueblo malo”. Según él, logró todo aunque la gente no lo vea; no hay rastro de las miles de obras mencionadas. La elite ‘comprometida’ estuvo para aplaudirlo.
El plan urdido por un editor de libros, convertido en ministro de propaganda, completó esto con su presencia en todos los medios posibles, donde previamente se había inyectado altas dosis de publicidad gubernamental. Él habló de obras que nadie ha visto, carreteras, miles de viviendas, sistemas de educación, salud, etc., buscó invitaciones en todos los medios posibles, con entrevistadores complacientes que no inquirían, más bien alababan con preguntas de guión, permitiendo una vez más, usar la falacia que a estas alturas poco importa, salvo la cantidad de dinero empleada para lograr, según ellos, embobar a este pueblo asustado e ingenuo.
El tal foro de Miami, organización financiada por fondos secretos, donde brillaron aduladores ex profeso, para felicitar a un falso líder y contumás mentiroso. Si hubieran tantas viviendas tendríamos centenares de casas fotografiadas y expuestas en sendas páginas, igualmente carreteras, aeropuertos, hospitales, escuelas y empleos.
Pronto terminará la pesadilla de los últimos cuatro años y quizá la suerte nos traiga tiempos mejores, donde la verdad y la justicia sean realidad y que la juventud pueda acceder a trabajos, olvidando el odio sembrado por este gobierno y que ha fragmentado aún más al país.