BORDADOS MUESTRAN LA CULTURA OTAVALEÑA
Los labrados de flores, figuras geométricas y símbolos incaicos atraen las miradas de los turistas.
Los bordados en las blusas y en las camisas de los otavaleños son su marca e identidad ancestral. Esta población está situada al norte del país, en la región Interandina de Imbabura. Allí su gente mantiene intactas sus tradiciones.
Ellos lucen con orgullo las prendas, sobre todo las de color blanco, el favorito de esta nacionalidad, a la cual se la conoce como la ‘Capital Intercultural del Ecuador’. Esta denominación es otorgada por su riqueza cultural e histórica.
Promociona tradiciones
Rosa Elena Flores, oriunda de Otavalo, pero radicada en Loja desde hace seis años, administra el almacén de su hijo.
Comenta que las prendas compra al por mayor en las fábricas de telares, que hay en su ciudad natal, y muy poco en otras jurisdicciones. Allá están las centenas de vestimentas con los bordados, en los que se muestra la esencia de ese poblado.
Colores de la vida
“En la actualidad, las figuras de la vestimenta de la población se hace a máquina. Antes todo se elaboraba a mano. La tela utilizada es el ‘inshisho’, que se labra en Otavalo. De ahí traigo de todo, lo cual es muy acogido por los ‘gringos’ y chinos”, comenta la experta.
Los colores más utilizados son el blanco, el café, el negro, el azul y el turquesa. Pero se ha generalizado más el blanco, el cual permite que los bordados de flores, figuras geométricas y símbolos incaicos (en colores vivos) luzcan mejor y atraigan las miradas del entorno de quién luce la prenda.
Valores cómodos
Rosa tiene su negocio en la calle Rocafuerte, entre la Sucre y 18 de Noviembre (Loja). La ropa no es cara y los precios bordean de 10 hasta 30 dólares. Hay de todos los modelos, informa.
“Los turistas de EE.UU. y los de China son los que más llevan estas prendas, pero poco a poco la gente mestiza las adquiere. Es por la comodidad que sienten al usar esta vestimenta, que puede servir para el calor como para el frío. Las piezas deben saber utilizarse”, precisa.
A Rosa Elena Flores no le parece que los bordados se los use en telas que no pertenecen a la tradición del pueblo otavaleño.