Ñan Magazine

Jardín Botánico de Quito

-

Puerta a una dimensión paralela

El Jardín Botánico es una isla verde en medio del cemento, el vidrio y el metal. Es la puerta a una dimensión paralela de bellísimos árboles y plantas en el epicentro urbano de una metrópoli cada vez más motorizada y agitada. Carolina Jijón, bióloga “de profesión y de corazón” –como ella dice–, lo dirige desde hace diez años. Este centro de conservaci­ón in situ se abrió al público en 2005, está ubicado en pleno Parque de la Carolina y su atractivo central es esa especie exótica que ávidos buscadores de plantas de todo el mundo ansían ver, oler y hasta tocar: orquídeas.

Este jardín, poblado de una singular colección de especies vegetales andinas, alberga la muestra de un país de una riqueza vegetal única en el planeta entero. En efecto, como dice Carolina: “el jardín cuenta 1000 especies de orquídeas en exhibición; cabe recordar que el Ecuador es el país más megadivers­o del mundo en variedad de orquídeas y que una de cada cuatro especies de plantas ecuatorian­as son orquídeas”. En este lugar vivimos la diversidad en primera persona, palpamos el hecho de que estamos en el país de las orquídeas.

Los objetivos del Jardín Botánico de Quito son educativos y de conservaci­ón. Su disposició­n obedece a una cuidada representa­ción de los distintos hábitats que ocupan la zona andina. En sus 3.2 hectáreas, además, se pueden apreciar más de 28 especies de aves ya que también sirve de parada para aves migratoria­s.

El jardín es una multicolor invitación a despertar la sensibilid­ad, no solamente a contemplar la vida natural sino también a sentirse parte del ecosistema. Pasear por el jardín es como recorrer simultánea­mente varios pisos climáticos y servirse un saludable coctel de plantas y flores de todos los colores y formas. La riqueza natural del Ecuador en pocos pasos. Además, y por si fuera poco, los árboles andinos nos proveen de sombra y las aves de música.

Asimismo, “el Jardín Botánico –afirma Carolina– emprende constantem­ente una serie de exhibicion­es temporales (peces de agua dulce, mariposas, plantas carnívoras…) así como proyectos como la campaña de conservaci­ón de la palma de ramos o como el rescate y la conservaci­ón de los árboles patrimonia­les de la ciudad (existen 350 árboles considerad­os patrimonio dentro de Quito)”. Visitar este lugar, calificado como uno de los diez mejores puntos para visitar en la capital, es encontrars­e con la naturaleza andina y la naturaleza en general. Es decir, reencontra­rse.

Portal to another dimension

Quito’s Botanical Garden is an island of green amid a sea of cement, glass and steel. It is a portal to another dimension of beautiful trees and plants, amid a metropolis ever-more motorized and hectic. Carolina Jijón says she is a biologist “by profession and by passion”. She has been the Director of Quito’s Botanical Garden for ten years. This in situ conservati­on center opened in 2005, located within the Parque de la Carolina. Its main attraction is an exotic species that plant-lovers around the world flock to see, smell and even touch, the orchid.

The gardens, populated by a singular collection of Andean species, harbors a small yet impressive sample of Ecuador’s incredible floral diversity, unique in the world. “The garden has 1,000 orchid species on display,” Carolina says. “Remember that Ecuador is the most diverse place in the world in terms of orchids and that for every four Ecuadorian plant species, one is an orchid”. Here, one experience­s biodiversi­ty at first hand, coming to understand the true meaning behind the ‘country of orchids’ slogan.

Quito’s Botanical Garden principal aim is to enhance education and conservati­on. The plants are displayed according to a carefully-thought out representa­tion of the different habitats one can encounter in the Andes. Within its 3.2 acres it’s also possible to spot more than 28 bird species: the garden also serves as a stop for migratory birds.

The garden itself is like a giant invitation to awaken sensitivit­y. To wonder along its paths is to pass through several climactic floors all in one place, and to drink in a healthy cocktail of plants and flowers of every shape and form. Ecuador in a nutshell. And not only this, the Andean trees generously give us shade, and the birds music.

“The Botanical Garden also develops a series of temporary exhibition­s focusing on fresh-water fish, butterflie­s, carnivorou­s plants,” says Carolina, “as well as projects like campaignin­g for the conservati­on of the Andean wax palm or the rescuing and safeguardi­ng of Quito’s heritage trees – there are 350 trees which are catalogued as such in the city.”

To visit this garden, created with such love and dedication by Carolina and her team and regarded as one of the ten must-see places in Quito, is an encounter with Andean nature, and with nature in general. To visit Quito’s Botanical Garden is, therefore, an encounter with oneself.

 ??  ?? El Jardín Botánico de Quito reflja la increíble diversidad ecológica de Quito.
El Jardín Botánico de Quito reflja la increíble diversidad ecológica de Quito.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in English

Newspapers from Ecuador