Sake, la peculiar bebida japonesa
Limori Naoki se levanta temprano cada mañana para ir a la bodega de la que es propietario, Fukuchiyo Shuzo. La empresa, fundada en 1924, se puede considerar todavía joven en el proceso de elaboración del sake o vino de arroz, el brebaje más internacional del país del sol naciente. Con más de 28 años de experiencia en este negocio, el maestro Limori ha ido mejorando su producto con el paso del tiempo, a través de un proceso en el que varios microorganismos juegan un papel fundamental. “La calidad del sake depende del pulido del arroz. Cuanto más pulido el grano, mayor calidad y más sencillo acceder a su interior”, sentencia el fundador de la bodega mientras pone en nuestras manos diferentes granos de arroz. Tras el lavado, el pulido y el remojo del arroz comienza el verdadero proceso de creación del sake, mediante la preparación al vapor de este cereal tan común en la cocina asiática. Luego del proceso de fermentación, la masa principal es prensada, para eliminar los restos de arroz y levadura, dando lugar al sake natural. Posteriormente, el producto obtenido puede seguir otros procesos para potenciar el sabor, aumentar la graduación alcohólica, etc. La palabra sake significa alcohol en japonés y se refiere a cualquier tipo de bebida alcohólica en el país del sol naciente, mientras que en occidente el vocablo define al vino de arroz tan popular por estos lares. A sus 54 años Limori afirma que más allá del proceso bioquímico detrás de sus productos hay algo más: “Es la gente que trabaja cada día en la bodega, la cooperación entre todos ellos, la que da un gran nombre a esta marca”. Precisamente uno de los mejores caldos de Fukuchiyo Shuzo, Nabeshima Daiginjo, logró el premio al mejor sake del año 2011 en el International Wine Challenge. Nabeshima era el nombre de un poderoso clan samurái en la región de Fukuoka a mediados del siglo XV. La sureña prefectura nipona, y en concreto la región de Saga, es una de las principales productoras de vino de arroz en el país asiático.