“Él y yo no nos separamos”
Si algo fue evidente en esta contienda electoral es que María de Lourdes Alcívar puso el “mal ejemplo”. Pues en la Sierra, en la Costa, sobre una tarima, o camioneta a ella se la ha visto ahí, siempre junto a su pareja, el postulante de CREO Guillermo Lasso. “A mí me encanta poner el mal ejemplo, si se lo considera así. Ha sido un verdadero reto el desafiar a la política tradicional de que las mujeres deben estar en sus casas...”, expresa. Conoció a Guillermo cuando tenía 14 años en un bautizo, y recién celebraron su aniversario de casados número 36. Se ha dedicado a ser madre a tiempo completo, pues “me casé muy joven... quise ser camaronera, en ese entonces era el boom de las camaroneras, o estudiar acuicultura... Pero no me arrepiento, tengo una vida feliz... y he estado ligada a fundaciones por el amor al prójimo, que es lo que te hace crecer cada día”, asegura.
Su vocación por la labor social le ha brindado la pauta para saber en qué problemáticas quiere enfocarse si llega a ser primera dama. “Me encantaría trabajar con los niños, asimismo con jóvenes en temas de prevención y embarazo precoz, promover la cultura a través de obras de teatro que enseñen valores”, detalla. Pese a que es la segunda vez en elecciones, recuerda su reacción cuando su esposo le dijo que quería ser presidente. “Fue un pequeño impacto, un cambio fuerte, nos costó, ciertamente como familia hicimos un gran sacrificio... el saber que estaba dejando mi vida privada”.
Cuando llega el momento de fotografiarla, María de Lourdes entre risas pide ayuda. Las poses, entrevistas y el foco de atención sobre ella no son su naturaleza. Hasta ahora su rol en la campaña ha sido estar presente, pero ¿se mudaría a Carondelet? “Definitivamente, iría junto a mi esposo. Él y yo no nos separamos”, afirma.
de qué manera puedo ayudar a los niños y adultos mayores”, pero expone que no tiene un plan definido aún. En estos meses ya ha saboreado los efectos de la política: aplausos, críticas y muchas anécdotas. Una de ellas es el parecido que encuentran entre su esposo y el presidente actual. “En ciertas entrevistas le suelen decir ‘Correa chiquito’, puede ser por la espontaneidad y frontalidad de mi esposo al decir las cosas”. Sin embargo, acota que cada quien mira distinto. Además de ser un soporte en esta campaña, lo aconseja, “le digo que module el tono de voz porque se suele apasionar mucho con el tema”, comenta risueña. Es así como el escenario político acoge a todos, incluso a los recién llegados.