Alcohol, punto aparte
Las vitaminas liposolubles del huevo podrían mejorar la eyaculación precoz; el calcio del helado de vainilla, crear orgasmos más intensos; o el ácido fólico de los cereales integrales, mejorar la circulación sanguínea en los genitales. Son solo mitos que han llamado la atención de los investigadores, y queda por demostrar científicamente su posible poder afrodisiaco, en el que también influye el efecto placebo, dice Briet. Hay multitud de estudios que demuestran que este efecto supera con creces la potencial secuela de muchas sustancias, señala.
Mención aparte merece el alcohol que, según Briet, posee efecto doble. “Como decía Shakespeare, ‘provoca el deseo pero frustra la ejecución’, en referencia a sus propiedades desinhibidoras en moderada ingesta y bloqueantes de la erección en grandes cantidades”, precisa el experto.
Pero, más allá de alimentos potencialmente afrodisiacos, el especialista explica cómo surge el deseo sexual. “Ante un estímulo excitante como puede ser un sabor, un olor o una caricia, el cerebro envía señales desde el sistema límbico a la región pélvica, provocando la dilatación de los vasos sanguíneos en la zona. Esa dilatación es la gran responsable de todo el proceso de la excitación sexual, tanto en hombres como en mujeres. Al tiempo, se producen el aumento de la frecuencia cardiaca y otros signos propios de ese estado natural”, describe. “El cerebro libera, esta vez desde el núcleo accumbens, neurotransmisores relacionados con el placer, entre ellos la dopamina y la serotonina”, expone.