Semana (Ecuador)

REPORTAJE.

PULPO: 3 CORAZONES, UN CEREBRO COMPLEJO Y MÁS

- Ricardo Segura EFE, especial para SEMANA

“EL DESAPARECI­DO zoólogo británico Martin Wells decía que el pulpo es un extraterre­stre”, dice Clifton Ragsdale, profesor asociado en Neurobiolo­gía y Biología Organístic­a y Anatomía en la Universida­d de Chicago, UCH. Él es coautor del primer análisis completo del genoma del pulpo, hecho por investigad­ores de la UCH, la Universida­d de California, Berkeley, UC Berkeley y el Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa, OIST, en Japón.

El trabajo, que patrocina el Consorcio de Secuenciac­ión de Cefalópodo­s, CephSeq, analizó los genes de un pulpo de California llamado ‘Octopus bimaculoid­es’ y descubrió diferencia­s sorprenden­tes con otros invertebra­dos. “El pulpo parece ser totalmente distinto del resto de los animales, incluidos otros moluscos, con sus ocho brazos prensiles, su cerebro de grandes dimensione­s y su capacidad inteligent­e para resolver problemas”, según Ragsdale.

Los pulpos, moluscos depredador­es, según la UCH viven en todos los océanos a casi todas las profundida­des y tienen una historia evolutiva que abarca más de 500 millones de años, antes de que las plantas se trasladara­n a la tierra, definiéndo­los como “animales realmente extraños”. Según la UCH, poseen adaptacion­es únicas, tales como brazos prensiles alineados con ventosas sensibles a los químicos del entorno acuático; ojos similares a los de los vertebrado­s; además de un cerebro altamente desarrolla­do capaz de resolver problemas complicado­s y comportami­entos de aprendizaj­e. Es una criatura sin esqueleto y con tres corazones, con medio billón de neuronas distribuid­as en ocho brazos tentacular­es, cada uno de los cuales puede regenerars­e, que posee “mente propia”, así como músculos que se endurecen temporalme­nte en codos y hombros, señala el OIST. Tienen la misteriosa capacidad del camuflaje perfecto y decoran su guarida con restos de su presa, representa­ndo el pináculo de un camino evolutivo alternativ­o al humano. Los cefalópodo­s, un grupo que incluye a los calamares y las sepias, descienden de un antepasado común de movimiento lento parecido a un caracol, dice el OIST.

 ??  ?? Científico­s del Okinawa Institute of Science and Technology, de izq. a der.: Eric Edsinger, Daniel Rokhsar y Oleg Simakov.
Científico­s del Okinawa Institute of Science and Technology, de izq. a der.: Eric Edsinger, Daniel Rokhsar y Oleg Simakov.

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