El cerebro detrás de la taza
Ser barista es una práctica constante que se gana a punta de ensayo y error. No solo es quien sirve el café, sino quien conoce el proceso desde la finca hasta la taza, es decir dónde fue sembrado, cómo se tostó, fermentó y molió. Pero todo depende de hasta dónde la persona quiera llegar. Están los que lo hacen como un hobbie, otros porque quieren trabajar o abrir su propia cafetería y también quienes se especializan a nivel profesional. Un ejemplo de ello sería Mario Idrovo, actual ganador del Campeonato Nacional de Baristas y que este año representará al país en Seúl. “Poco a poco las carreras relacionadas con el café van a mejorar, ya que hay muchos ámbitos en los que uno se puede especializar: ser barista, catador, tostador, control de calidad, comprador de café verde, etc. La lista es interminable”, dice Idrovo, quien además se encuentra estudiando un máster de Ciencia y Economía del Café en Italia.
¿Pero cuánto cuesta la educación de un barista? Bueno, los precios varían según el conocimiento que se pretenda adquirir. Un curso básico de barismo de 12 horas costaría $ 120.
Asimismo, con $ 350 la persona ya sería capaz de hacer expressos, capuchinos, lattes, y entender cómo extraer café filtrado por diferentes métodos. Leonardo Zambrano, barista que labora en Comuna Café, recalca que en este oficio nunca se deja de aprender. Además, revela que ha invertido $ 5.000 en sus cuatro años de preparación. Por su parte, Camila Peralta lleva dos años en el barismo y actualmente lo hace como un hobbie. Alrededor de $ 1.000 le han costado los cursos, los cuales le transmitieron el amor por el café.