Atento a las señales

Esto es indispensable, recalca Mariuxi Bonilla de Motte, quien desde su experiencia como madre y profesora de secundaria, acota que hay que fijarse en los hijos, ver su aspecto, sus actitudes. Es más, comparte un testimonio que muestra lo trascendental que es estar atentos. “Mi hijo era pequeño y me di cuenta de que empezó a llevar juguetes, lo que no estaba permitido en el plantel, ni yo lo dejaba, hasta que descubrí por qué los llevaba. Le pregunté y me dijo que era para darle a su compañero, de quien tenía temor, de esta forma lo agradaba. Él le decía que tenía que llevarle juguetes. Fui al colegio, hablé con la maestra y conocí al niño, quien en ese entonces tenía un problema: su mamá estaba en el exterior y vivía con su abuela. Lo invité a la casa, nos hicimos amigos de él y se convirtió en el mejor amigo de mi hijo, hasta hoy. Esto se dio porque estuve pendiente. No dejemos pasar las cosas, por más simples que parezcan”.

Tampoco se moleste o reprenda, pues la censura y castigo cierran al niño, bloquean la posibilidad de conocerlo más, a él y su entorno, “porque él tiene otra vida en el colegio, que no es la misma de la casa. Es más, pasa más tiempo en ese sitio que en su hogar”, subraya la experta, quien hizo hincapié en que se puede hacer todo, pero la base es el amor y la entrega. Recuerde: son sus hijos.

Asimismo añade que el rol de las madres es esencial, “pues tenemos ese sexto sentido natural, una sensibilidad con la cual se puede llegar más allá con nuestros hijos. Entreteja ese cordón que alguna vez los unió (sin causar dependencia) y no olvide incluir en él al padre, pues el hecho de que él no tenga esta capacidad no significa que no forme parte de esta conexión”.