Puntos clave
Su ruta puede iniciar en la isla de Djerba (Yerba), cerca del continente. Se cruza rápido en transbordador. Allí está la sinagoga La Ghriba, que dicen contiene restos del templo de Jerusalén (586 a. de C.). Puede ir a Gallela, Chenini, Tataouine y la puerta del Sáhara, Matmata, y visitar en el camino pueblos bereberes y parajes que fueron escenario de películas como ‘Star Wars’. Su magnífico clima, amplia costa y paisajes poblados de olivos (algunos milenarios) hacen del lugar un magnífico destino turístico. Imprescindible ir a Cartago, a 17 km de la capital, Túnez, con sus ruinas e historia milenaria. Creado en 1882 en el lugar residencial de los sultanes y más tarde de los beys (monarcas), el Museo Nacional del Bardo está instalado a las afueras de Túnez. En él se exhibe la historia del país, con su cruce de las diferentes culturas que fueron pasando a lo largo de los milenios. Pero para comprender y oler la capital hay que visitarla despacio y ‘perderse’ en su medina, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en pleno centro de la ciudad. Con múltiples callejuelas, olores, colores y bullicio sinfín, en ella se puede comprar y regatear sin descanso su famosa marroquinería y filigrana de plata, adquirible en altas joyerías y en modestos talleres artesanos, además de practicar el trueque, que es la primera ‘moneda’ inventada por el hombre.