EN CASA DE...
VITO Y SU RINCÓN DE PLÁCIDOS AMANECERES
POR FUERA es una casa más, pero nada más entrar se muestra la realidad. Un área verde amplia recibe al visitante. Su dueño aparece impecable, coherente con la sobriedad de su vivienda, en Urdesa, que adquirió en 2011 y que reconstruyó el arquitecto quiteño Diego Guayasamín, nieto del famoso pintor nacional. Él borró de ella el estilo art déco, y de la decoración se ocupó la diseñadora Adriana Hoyos.
Al recorrer los 2.500 metros cuadrados de su casa a desnivel, se perciben las pasiones de Vito Muñoz Ugarte: las flores y plantas, herencia de su madre, Esilda Ugarte Molina; una colección de réplicas de autos de Fórmula 1, amor que le transmitió su padre Nelson Muñoz Custode, al llevarlo a EE. UU. a disfrutar de las carreras; y más de dos mil libros de diversas temáticas que van de la economía a lo espiritual, pasando por tecnología, agroindustria, marketing y obviamente el deporte. Lector por excelencia, cuenta que de niño le traían de Argentina la revista infantil Billiken, luego pasó a leer periódicos. Revisaba cada día Diario EXPRESO desde 1973.
Su lugar favorito es el balcón de vidrio templado de su habitación, que le regala amaneceres espectaculares sobre el estero Salado, que disfruta con un café o una copa de vino, solo o en compañía de su esposa Rosibel Zambrano.
Antes de vivir allí, habitaba en casa de sus padres (+), en Urdesa mismo. Por recomendación familiar, la dejó por sus nostálgicos recuerdos. Buscó refugio propio. Dice que vio mansiones, grandes departamentos en Samborondón, pero que el tráfico de la zona lo llevó a seguir el consejo del empresario mexicano Carlos Slim (el cuarto hombre más rico del planeta, según la revista Forbes): uno tiene que vivir cerca de donde trabaja. Vito se gasta solo tres minutos de su hogar a su radio.
Él no saldría de casa, pero sus compromisos lo obligan. En ella tiene biblioteca, gabinete (que hizo para su esposa), un pequeño gimnasio, jacuzzi, piscina, área para ver películas, sauna, dos comedores, cinco salas y un cuarto separado por si la cigüeña los visita.
La vivienda tiene grandes ventanales, pues Vito ama la luz natural, al igual que el orden y la limpieza.