Una hoja en blanco
El presidente de la Asociación Ecuatoriana de Psicólogos, Jorge Luis Escobar, expone que el desarrollo de la personalidad del niño tiene algunas fases. Desde los 0 hasta los 3 años tiene formado el 50 % de su personalidad. De los 3 a 7 años viene la consolidación personológica entre la infancia primaria y la reafirmación del desarrollo que es el resto de esta (infancia), hasta la pubertad se presenta el escenario de contradecir o reafirmar, pero luego en la adolescencia viene la autenticidad, el ser uno mismo.
Tomando en cuenta estas fases, se debe tener cuidado con el desarrollo del niño y los cuentos de hadas que se les relata y cómo se los relata. El cuento de hadas hace daño, dice el profesional, en la medida que sirva para blindar lo agreste o feo del mundo, y muchos padres utilizan este tipo de cuentos para hacerle ver un mundo maravilloso a su hijo. “La recomendación es aterrizar y no proscribir por proscribir, porque la gente proscribe el cuento, y el cuento no es ni malo ni bueno, todo depende de cómo se transmita”.
Desde el imaginario, el tema de las princesas crea ciertas restricciones sociales que no son reales de acuerdo con el mundo en que vivimos. Entonces, lo que se sugiere es crear cuentos de acuerdo con las familias. Por lo que hay una serie de estrategias, en las que se les pide a los papás que desarrollen el cuento de cómo quieren que sus hijos vivan su vida, recomienda Escobar.
Una cosa es lo que está escrito, pero no porque lo está tiene que ser así. Por eso, el especialista precisa que cuando se narra, por ejemplo, un cuento de princesas a las pequeñas, se tenga una hoja en blanco a la mano, y cuando ella pregunte para qué sirve, el padre le responda: “para que tú escribas tu propio final del cuento”.