Diccionario
se descubrió la cámara oculta en el despacho presidencial, provocando la airada reacción de Lenín Moreno. Entonces el exsecretario de prensa Fernando Alvarado publicó el significado de ‘alharaquiento’, pretendiendo minimizar la prueba del espionaje del aparato de seguridad e inteligencia que ha seguido vigente desde el gobierno de Rafael Correa. Algo que para la asambleísta Soledad Buendía es normal, “como en toda dependencia pública”…
Mientras ordenaba una investigación formal sobre esa cámara oculta, de la que nunca fue advertido, el presidente publicaba en su red: ‘fisgón’, aficionado a husmear la vida de los demás (sept. 15) y ‘ridículo’, el que es sorprendido haciendo algo que dice que no ha hecho (sept. 18). En ese lapso, Rafael Correa tuiteaba con su propia definición de ‘ridículo’: 1.- Que mueve a risa. 2.- Escaso. 3.- Extraño; y agregaba en la publicación un supuesto significado de la palabra ‘vagón’ (que nada tiene que ver con la estructura de un tren) dándole la acepción de “el que no hace nada y le echa la culpa al resto”.
Inaugurado el nuevo diccionario político ecuatoriano, me atrevo a demandar una palabra que empieza con A, ‘acción’, y es lo que en este momento muchos sentimos que es pequeña. Dejando el juego de las indirectas, calificativos e ironías, los ciudadanos queremos acciones y ejecuciones que no se puede decir que dependen de la consulta popular (ese proceso tiene su ritmo y plazos con apoyo mayoritario).
‘Acción’ implica estar haciendo algo. Y ‘ejecución’, realizar una acción especialmente en cumplimiento de un proyecto. El proyecto se llama Ecuador y su avance es lento, talvez por la estructura correísta aún vigente en el nuevo gobierno. Un huracán pasó por el Poder Judicial del país y nada cambió.
La verdad de las cifras económicas desmoronó la mesa servida que dejó el correísmo y los cambios fueron tibios. En educación, se cayó el cuento de Yachay y no hay responsables judicializados. La ministra de Justicia desconoce las medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en favor de Fernando Villavicencio y la persecución en contra de él y su familia es digna de la década pasada. A la secretaria de Carlos Pareja Cordero no se le permite arresto domiciliario pese al cáncer que padece, mientras desde su casa/cárcel el tío del vicepresidente insulta y amenaza, sin que Rossana Alvarado se inmute siquiera.
Algunos dirán y con razón que le estamos exigiendo un ritmo imposible al nuevo gobierno. Puede ser. Tal vez mi optimismo exige apuro. Quizá me olvido de que la canción del momento sigue siendo ‘Despacito’, palabra que por cierto no está registrada en el tradicional diccionario.