El renacer del sombrero de paja toquilla
BORDADOS, PINTADOS, CON ADORNOS, APLIQUES, TEXTURAS... UNA ARTESANÍA QUE CADA VEZ SE REINVENTA, PUES YA NO SOLO SIRVE PARA CUBRIRSE DEL SOL.
ES LA HISTORIA de una pieza cuyo comienzo no se conoce con certeza. Es que muchas leyendas giran en torno a su origen. Algunos historiadores, incluso, alegan que su raíz empieza allá en el Período Formativo (3.500 a. C. - 500 a. C.), donde era usada principalmente por las culturas Valdivia y Chorrera, según describe el sitio web del Ministerio de Turismo. Sin embargo, lo que sí es cierto es que sin importar la generación a la que usted pertenezca, de seguro ha usado este producto que es parte del ADN ecuatoriano: el sombrero de paja toquilla.
Si bien hoy parece ser un domingo más, no lo es, porque se celebra el Día del Artesano Ecuatoriano; sí, de ese gran artista que con sus manos hábiles y gran meticulosidad teje cada fibra que recorre desde la copa hasta el ala del sombrero. Un proceso de elaboración que puede demorar meses y en el que se involucra más de un obrero. “Pueden ser entre cuatro y ocho”, revela Raúl Quille, oriundo de Cuenca y quien practica este ritual con los ojos cerrados, pues ha estado inmerso en el ámbito de la paja toquilla desde que tiene memoria.
Él narra una historia más actualizada de los inicios de esta manufactura. Explica que el auge comenzó con la construcción del Canal de Panamá. “Fue en esos años que el sol era muy fuerte, el presidente de aquí llevaba los sombreros allá. Entonces los obreros los utilizaban porque eran frescos y livianos”. De allí, revela Quille, surge su conocido nombre: Panama Hats, con color de paja toquilla y estilo clásico. Una apariencia que se mantuvo por una larga época, hasta hace poco.
Piezas únicas
Actualmente ya no se trata solo de un sombrero útil para protegerse del sol, sino que ahora es un accesorio personalizado que puede jugar con colores, texturas, cintas, adornos, tamaños, pinturas a mano, bordados... en fin, una pieza que renace y se reinventa. “En los últimos años ha habido un boom de productos artesanales”, comenta la emprendedora Gabriela Viteri, quien explica que esto surge como parte de un nuevo movimiento que busca volver a la naturaleza, a lo confeccionado a mano y de alta calidad, donde