“Con gratitud acepté el encargo”
HABLA DE SU INCURSIÓN EN LA POLÍTICA Y DE SUS ROLES COMO VICEPRESIDENTA, Y EL MEJOR DE TODOS, COMO MADRE.
TIENE 39 AÑOS de edad, es psicóloga clínica, madre de Emilia; además es ministra de Estado y encargada de la Vicepresidencia de la República de Ecuador.
¿La participación política de su padre fue determinante para que usted opte por esa ruta?
La política ha sido parte de mi vida, no solo por mi padre sino por mi familia. De entre mis tres hermanos, yo fui la única que heredé ese bichito de la política. Ellos apoyan, pero no han sido militantes. Mi padre fue candidato a la vicepresidencia con Frank Vargas y recuerdo cómo las campañas eran para mí las cosas más lindas.
¿Qué dejó en usted esa política cercana, casi cotidiana, en su vida?
Mi familia siempre ha sido una familia política de izquierda, sobre todo mi padre. Entender a la política como la pasión al servicio de los demás. Recuerdo figuras emblemáticas como el Che Guevara, Bolívar, Alfaro. Ellos han sido referentes desde niña.
¿Quiénes son tus referentes guayaquileños? ¿Mujeres?
Bueno, Dolores Sucre. Hablando de las Manuelas, guayaquileñas o no, la Cañizares, Espejo y Sáenz han sido un referente para todas las mujeres en general, así como la lojana Matilde Hidalgo. Me considero una mujer feminista y estoy impregnada de las luchas de esas mujeres, como también del legado que dejó Nela Martínez, la primera legisladora ecuatoriana. Mis compañeras también son referentes, como Melania Mora, Ketty Romolerux, que han dado buena parte de su vida a la formación de nuevas generaciones, no solo desde la academia sino desde la militancia política.
¿Alguna vez sintió la tentación de no ser política?
Tal vez en la universidad. Paradójicamente tuve una vida muy activa en la política, pero me dediqué realmente a estudiar. Reconozco que en esa época las aguas del ajetreo político universitario estaban algo calmadas.
¿Cómo se define a sí misma como madre?
Me defino como una persona en permanente aprendizaje. Tengo una hija hermosa, que es mi vida. Emilia tiene dieciséis años. Es también mi compañera. Los hijos, cuando uno se dedica a la política y se lo toma en serio, son los sacrificados del proceso. Me acuerdo de que mi hija en la campaña por el referéndum del 2008 tenía ocho años y me acompañaba a hacer campaña y ella estaba más entusiasmada que la madre y el abuelo juntos. Agarraba la Constitución y se ponía a conversar con las personas sobre el tema. Ver a mi hija, a mi niña, apoyándome para mí no tenía precio. Ya cuando crece y al son de mis viajes a Quito por la legislatura que asumí, la ausencia de los tiempos que deberían ser de ella obviamente siempre incide y afecta. Ahora en cambio, para mi niña, que era la más entusiasta de la política, ya no es un tema que le guste mucho. Es una adolescente a quien trato de brindarle calidad de tiempo, ya que la cantidad no siempre es posible. Finalmente, creo que hay una comprensión de que todo este esfuerzo es para dejarle a ella y a todos los hijos un mejor país. Esta no es una política de la novelería, es una política de convicción.
Lenín Moreno es el presidente del movimiento Alianza PAIS”. Una de las cosas que demandó la gente en los diálogos propiciados por el presidente Moreno fue rechazar la reelección indefinida”. A las mujeres nos cuesta el doble de la carga en toda la vida y en cualquier trabajo”.
¿Enamorada?
Sí. Mi novio gusta de la política y ha estado en algunos espacios interesantes.
Feminista, supongo.
No mucho, pero respeta. En todo caso, machista no ha de ser. Me apoya y creo que de otra manera no funcionaría. Eso es importante porque no siempre es fácil. Hay días en los que una se enfrenta a balas cotidianas que ayudan a crecer, a reflexionar, esas balas que son la jalada de orejas necesaria en la vida de todo ser humano. Pero también encuentras las balas que dañan, que calumnian y que incluso provienen de gente a la que uno ha querido mucho... esas son las que duelen más. Pero tengo el apoyo de la familia, de mi pareja y de mi hija. Cuando ella me dice “Mamá, estoy muy orgullosa de ti” cualquier dolor pasa.
Soy muy curiosa de la historia y política del país y le confieso que me sorprendió su designación y sobre ello tengo mis conclusiones. Asimismo, creo que usted ya tiene un importante espacio de oportunidades en esta transición. ¿Qué valor aportará para ser recordada en este período?
Es un encargo temporal y efectivamente fue una sorpresa para mí también. Cuando uno es militante en serio, está donde se lo necesite. Cuando el presidente de la República me llamó a pedirle que lo ayude, me dijo que necesitaba a alguien que tenga visión social, capaz y honesto. Acepté con gratitud y estoy muy contenta. Primero, porque una está en permanente aprendizaje y segundo, los temas como Misión Casa Para Todos, la nueva agenda urbana, Hábitat III, me encantan y los hacemos con mucho compromiso. Otro de los encargos es coordinar el asunto de la consulta popular. Es una gran oportunidad y reconozco en el compañero Moreno la confianza, el equilibrio generacional y territorial, y haber mirado a la militancia, a quienes venimos de las bases.
¿Cómo van a recordar a la vicepresidenta encargada en este proceso?
Creo que con la línea del diálogo propuesta por el presidente, tender puentes con algunos sectores que en algún momento se abrieron. Quiero que me recuerden por el diálogo, la apertura y el reencuentro.
¿Cómo se siente después de haber defendido al expresidente Correa, ver de qué forma hoy él insulta al presidente Moreno?
Me produce dolor ver a compañeros queridos, que respeto y respetaré siempre y quienes de mí nunca encontrarán ninguna ofensa. Primero, porque esta es una segunda fase del movimiento político, etapa de transición con un nuevo liderazgo y en esto no hay que perderse, Moreno es el presidente del movimiento Alianza PAIS. He defendido lo que he creído correcto y con Rafael también he sido muy crítica.
Cuando defendía la reelección indefinida, ¿lo hacía por lealtad a Correa o piensa ahora distinto?
Pienso distinto a lo que pensamos en el 2008, que era un momento en que la ciudadanía estaba hastiada de cómo se manejaba la política en el país, era necesario hacer un quiebre. Eso nos llevaba a la línea de apostar por máximo un periodo. Viene otra fase en el 2014 y fui vocera de la Comisión de Enmiendas y era importante que la gente castigue o premie a los elegidos por elección popular. Hoy es otro momento.
¿En ese momento valía la pena que Correa pueda reelegirse y hoy no vale la pena?
Era una postura con algunos elementos de reflexión en ese momento, demandas, incluso, desde las bases, de la militancia y probablemente eso nos lleva a que hoy tengamos otra reflexión. En ese momento queríamos que Correa continúe liderando ese proceso porque veíamos que no había...
¿Le gustaría que lidere él ahora?
Ahora lo está liderando Lenín Moreno. Con el grado de madurez de nuestras organizaciones políticas, es decir, no tienen grado suficiente como quisiéramos, que propician siempre los mismos cuadros en la papeleta. Tenemos que retomar y reflexionar la alternancia y no solo eso, sino que hemos visto que hay nuevos elementos que, al permanecer mucho tiempo en el poder, tienen prácticas no apegadas a la ética o que posibilitan temas de corrupción.
También algunos compañeros insultan al presidente, le dicen traidor. ¿Qué opina de ellos?
No solo traidor, sino otros epítetos. Creo que en algún momento del camino se les perdió la brújula y no entienden lo que está en juego.
¿Está de acuerdo con un juicio político y los procesos judiciales en contra de Glas?
Sí, el mismo Glas pidió que se levante la inmunidad parlamentaria para enfrentar los procesos.
¿Y sobre el juicio político?
Eso tendrán que reflexionarlo los asambleístas del bloque y todos los que tengan una curul con responsabilidad y objetividad. Un juicio político puede ser una oportunidad hasta para defenderse.