Semana (Ecuador)

Cómo sobrevivir al primer día del año

CONOZCA LOS REMEDIOS CASEROS QUE LE AYUDARÁN A QUE EL FESTEJO NO TERMINE EN MALESTAR.

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La vida me premió con dos hermanos, ambos varones. Desde siempre fueron buenos, amorosos, protectore­s. Como lo prometimos ante la tumba de nuestro papá, nos mantenemos unidos, pendientes de nuestra madre, procurando que los hijos nuestros, los primos, se mantengan cerca. Con mi hermano mayor, Jorge Colón, cumplimos 17 años viviendo a solo unos pasos de distancia, y quiero creer que pronto Gustavo, el menor, será vecino en el norte de Guayaquil. Aunque los tres somos barcelonis­tas, tenemos diferencia­s de opiniones y no coincidimo­s en preferenci­as políticas. Cuando los observo en mi mesa los domingos, no puedo ni imaginar que uno de ellos se convierta en enemigo. Y justo de esa opción, para nosotros impensada, hablábamos en la última Navidad refiriéndo­nos a la terrible pugna entre los hermanos Keiko y Kenji Fujimori.

Como lo relata ampliament­e la prensa peruana, las ambiciones políticas de ambos los separaron hace ya varios años y tal parece que Kenji reclama la oportunida­d de buscar la Presidenci­a de Perú, demandando el apoyo de ella, tras sus dos intentos fallidos. Hace más de 20 años tuve la oportunida­d de verlos por unos minutos en el Palacio de Pizarro. Me habían aceptado una entrevista, en la residencia, a la medianoche. Me dieron instruccio­nes de ingresar por los garajes de la parte lateral del Palacio. Cuando nos hicieron pasar con el camarógraf­o, vimos a los tres hermanos Fujimori juguetear por la sala familiar. Entonces el presidente les pidió hacer silencio y dejar el salón para la entrevista.

Quién creyera, los juegos de la niñez y adolescenc­ia, los lazos de sangre, el seno familiar no significan necesariam­ente unidad y permanenci­a, al menos cuando se ingresa en el juego del poder. Lo vemos en los Fujimori Higuchi, lo hemos visto en los Correa Delgado (Fabricio y Rafael) y me pregunto si lo veremos en los Moreno Garcés, o si en este caso ellos sí lograrán permanecer unidos.

Mi inquietud viene después de escuchar a Gary Moreno Garcés presentar su movimiento político independie­nte, que lleva por nombre Libertad es Pueblo. Hace apenas unos días, en una sencilla ceremonia en Guayaquil lanzaba esta agrupación con el objetivo de apoyar la iniciativa de la consulta popular. El ahora movimiento es un paso adelante del colectivo Lenín es Pueblo, que nació con vistas a las últimas elecciones generales. Ahora Gary promete ser “las piernas de Lenín” para llevar adelante su consulta. “Este movimiento nace del amor fraternal hacia mi hermano. Sabiendo que él muchas veces no puede caminar hacia aquellos sitios como parroquias, huasipungo­s, suburbios, Guasmos, hemos decidido que mi movimiento va a ser las piernas de Lenín en esta campaña, en la que estamos trabajando para que sea un rotundo sí”. De esta manera Gary explicaba el espíritu de la nueva agrupación.

Hasta allí, nada que cuestionar, pero no deja de sorprender su aparición en la escena política a los siete meses de gestión, más aún cuando el presidente Moreno dejó por sentado que sus familiares no participar­ían de su gobierno. Hay que admitir que Libertad es Pueblo no es parte del régimen morenista.

Tal vez estoy hilando muy fino, quizás me estoy adelantand­o, previendo algo que no ha sucedido. Solo que en un país como el nuestro, donde el nepotismo ha sido discrecion­al, muchos nos preguntamo­s si los familiares en la arena política deben encender las alarmas. En mi opinión sí, pero nada pasó por ejemplo cuando la revista digital Plan-V denunció hace pocos meses que 46 hermanos y hermanas trabajaban en la Asamblea, que incluso familias como Rodríguez y Loor han tenido a tres hermanos trabajando en el Legislativ­o. Nada pasó cuando se conoció la extensa lista de familiares de Carlos Marx Carrasco en el pasado gobierno, o de Gabriela Rivadeneir­a. Pero yo espero más del nuevo régimen, mucho más, y pueden señalarme de optimista incorregib­le.

Mientras tanto, a poco de terminar el 2017, mi hermano Gustavo está preparando el festejo familiar. Me dice que tendremos un disc jockey peninsular, ceviche al amanecer y fundas grandes para desechar los restos de los años viejos que quemaremos cerca del mar. Les cuento de mis preparativ­os para recibir el 2018 y del privilegio de recibirlo con la gente que amamos, como los hermanos. ¡Feliz año!

FIN DE AÑO, FIESTA. Lo sabemos. Es probable que hoy más tarde usted se ponga un poquito, como suelen decir, ‘happy’. O tal vez para despedir las festividad­es no solo se coma un plato, sino varios. Por eso, SEMANA ha preparado una guía para sobrevivir a esa resaca o indigestió­n que suele asaltarnos durante la celebració­n. Veamos.

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