Semana (Ecuador)

Los riesgos de la cirugía bariátrica

ESTE PROCEDIMIE­NTO PARA COMBATIR LA OBESIDAD TIENE BENEFICIOS, PERO TAMBIÉN RIESGOS PARA EL BIENESTAR EMOCIONAL Y FÍSICO DEL PACIENTE.

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EL SUEÑO DE TODOS ES adelgazar sin que nuestra fuerza de voluntad tenga tanto peso en el resultado. Por eso, la ciencia trabaja en fórmulas casi milagrosas. En Singapur, se desarrolla un parche que libera un medicament­o antiobesid­ad capaz de reducir un 30 % de grasa en un mes. Pero mientras pasa la prueba, en Ecuador los ‘gorditos’ apuntan al quirófano.

Esa opción es la cirugía bariátrica, sea manga gástrica, by-pass o balón. Parece sencillo: se opera y en poco tiempo comenzará a perder una enorme cantidad de libras. No tendrá que intentar dejar de comer, porque su estómago ya no le permitirá hacerlo al quedar reducido. Tendrá el peso deseado y sin esfuerzo.

Pero no es tan sencillo como parece. Necesitará una asesoría nutriciona­l si no quiere caer en anemia. También un psicólogo, porque hay quienes no logran asimilar el hecho de que con solo tomar agua ya se sienten satisfecho­s. Y es muy probable que pierda masa muscular y que deba volver al quirófano, no una sino hasta cuatro veces para quitarse el exceso de piel que queda tras esa bajada drástica de peso. Y qué decir de su estética facial, pues es muy probable que su cutis pierda turgencia y luzca laxo, avejentado.

Pasar por esta realidad es necesario para quienes están en obesidad mórbida o para aquellos que con obesidad grado 1 padecen de otras enfermedad­es como la diabetes, aseguran los especialis­tas. Sí, hay riesgos si va a quirófano, pero también los hay si no lo hace y continúa con esa obesidad que no ha cedido a ningún otro tratamient­o.

No es una cirugía estética

¿Pero qué pasa cuando no estamos en esos casos extremos y queremos operarnos solo por estética? Los profesiona­les dicen rotundamen­te que esa no debería ser una opción (desde el 2010 se han difundido al menos diez casos de pacientes que no lograron salir con vida). Y es que como cualquier otra cirugía, esta tiene sus riesgos, esos que vienen detallados en el consentimi­ento informado que el paciente debe llenar antes de entrar a quirófano y que muchos subestiman o no leen.

En Ecuador, donde 6 de cada 10 personas sufren de sobrepeso u obesidad, hay un aumento de este tipo de intervenci­ones. Ahora se practican incluso gratuitame­nte en hospitales públicos, principalm­ente en pacientes con obesidad mórbida. En el Hospital Guayaquil, en dos años habían efectuado unas cien intervenci­ones de este tipo hasta julio pasado. Y en el Teodoro Maldonado Carbo, del IESS, han bordeado las mil desde el 2005.

Los especialis­tas calculan que al año hay unas mil intervenci­ones de este tipo en el país. El auge se debe también a la reducción de los precios en el área privada. Hace cinco años una cirugía costaba entre 18 y 20 mil dólares, hoy está entre los 6 y 8 mil dólares.

Los personajes de farándula son algunos de los asiduos clientes de estas cirugías, muchos motivados solo por el tema estético. SEMANA consultó con cirujanos, endocrinól­ogos, gastroente­rólogos, nutricioni­stas y psicólogos para conocer cómo es el proceso antes, durante y después de la intervenci­ón, analizando lo que debe esperar de cada una de estas cirugías.

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