“‘Tres anuncios. es un cuento hadas d mu oscuro”
Sam Rockwell ya había ganado los premios del Sindicato de Actores, el Globo de Oro y otros 20 trofeos similares cuando pisó la alfombra roja del Teatro Dolby en Hollywood. Nunca antes había vivido un momento así. Y entre tantos premios, no se puede negar que el Óscar como mejor actor secundario de Hollywood es el mejor anuncio de todos.
Al menos yo paré de contar en los 21 premios que ganaste con ‘Tres anuncios en las afueras’. ¿En tu caso los contaste todos? ¿Se siente que esos premios eran más que tres anuncios que decían “Sam, vas a ganar el Óscar”?
No, suena como un sueño realmente maravilloso, pero no.
¿Recuerdas la primera vez que apareció tu nombre en más de un enorme anuncio... como los de la película ‘Tres anuncios en las afueras’?
Uy, Dios... a ver... Una vez tuve suerte cuando se estrenaron al mismo tiempo dos películas mías. Me acuerdo de haber visto mi nombre en los dos anuncios del diario, con los estrenos de ‘Green Mile’ y ‘Galaxy Quest’... Fue muy emocionante.
La noche del Óscar recién empezaba cuando Sam Rockwell ya había ganado como mejor actor secundario, incluso frente a su compañero nominado por el mismo filme, Woody Harrelson. Christopher Plummer figuraba en la misma categoría por hacer todas las escenas que le habían borrado a Kevin Spacey en ‘All The Money in the World’ después de las acusaciones de abuso sexual. Willem Dafoe también había sorprendido con su nominación por la cinta ‘The Florida Project’, al mismo tiempo que también había recibido en el Festival de Berlín un Oso de Oro por su carrera. Y Richard Jenkins incluso estaba nominado con ‘The Shape of Water’ de Guillermo del Toro. Sam no tuvo una competencia fácil, pero ganó. Y en medio del festejo, también estuvo el infaltable agradecimiento a otra actriz, “Mi amada Leslie Bibb”, que sin haber ganado el premio comparte el 50 % de las ganancias y la celebración como su esposa.
¿Entre los agradecimientos del Óscar, por supuesto estuvo tu esposa, la actriz Leslie Bibb?
Hace diez años que estamos juntos y ella es mi ser más amado. La amo. Es la persona que me hace reír siempre y entre los dos nos cuidamos muy bien. También es muy talentosa y muy graciosa, me recuerda a una versión joven de Mary Tyler Moore.
También le dedicaste el Óscar a Philip Seymour Hoffman...
Ah, te diste cuenta, bien, pensé que la música me lo había tapado. Me alegra que se haya escuchado.
Lo que no quedó claro es qué significa alguien como Philip Seymour Hoffman, como amigo y colega, para agradecerle un premio tan importante como el Óscar...
Me vas a hacer llorar... pero sí. Era buen amigo mío y me dirigió en una obra de teatro. Fue una gran inspiración y un gran director de teatro para mí y todos mis compañeros, gente como Liev Schreiber, Mark Ruffalo, Josh Brolin. Para cualquiera que tenga mi edad. Quería hacer una obra teatral por año, aunque no sé si llegó a hacerlo porque estaba muy ocupado con el cine. No sé si la gente sabe, pero él también había hecho lucha libre, jugaba al básquet... Puedo hablarte una hora de él.
¿Cómo fue el proceso de encarnar el personaje tan asombroso del policía de ‘Tres anuncios por un crimen’?
Obtuvo el Óscar al mejor actor secundario por su trabajo en ‘Tres anuncios por un crimen’. Además ganó el Globo de Oro por la misma película.
Puede sonar muy aburrido, pero te cuento: Es como un gran soufflé o un guiso. Tiras algunas papas con algunas zanahorias y trabajas con un entrenador de dialectos increíbles como Liz Himelstein, que ya había trabajado antes con Gary Oldman. Además de dos profesores de actuación, como Margot y Terry Knickerbocker. También salí en rondas con algunos policías como Josh McMullin en el sur de Missouri. Liz Himelstein se había tomado el trabajo de grabar a dos policías en realidad. Y también conocí a un doctor que me pre- sentó algunas víctimas que habían sufrido quemaduras en la piel. Lo cierto es que tuve el lujo del tiempo, que no siempre se tiene con un rol. A veces apenas te dan una semana o un par de días para prepararte. Y yo tuve esa ventaja del tiempo, durante dos o tres meses. Y pude meterme en toda clase de investigaciones muy divertidas.
Es indiscutible el Óscar que ganó como mejor actriz Frances McDormand con el personaje de la madre que reclama justicia para encontrar al violador que asesinó a su hija. Pero la cinta ‘Tres anuncios por un crimen’ jamás hubiera estado nominada como mejor película si no fuera por el otro Óscar que ganó Rockwell como la contracara de esa misma historia, como el peor policía local y racista que (al menos en un principio) no hace nada por cumplir bien con su trabajo, sino abusar de sus poderes, con un final que sin poder confesarlo también fue el mejor empujón para ganar el Óscar.
Si tuvieras que analizar psicológicamente el Óscar de un personaje como el tuyo de ‘Tres anuncios por un crimen’, ¿cómo lo describirías? Es un tipo bastante solitario, que vive con la madre y está arruinado. Le falta mucho por superarse, incluso al final de la película. Le vendría bien un buen terapeuta (risas). Pero hasta cierto punto todos sentimos algo parecido, la única diferencia es que no lo exteriorizamos.
¿Te parece que es una buena persona o es bueno ser tan malo como policía en Estados Unidos?
Es un tema complicado. Mira, Kareem Abdul-Jabbar escribió un artículo donde defendía la película por ser realmente elocuente. Yo no me había dado cuenta de que él es profesor cultural, además de un ícono como jugador de básquet, y en su artículo lo analizaba todo. Para mí, creo que los dos personajes, el de Frances McDormand y el mío, tenemos mucho trabajo que hacer. El final de la película no los redime. Realmente necesitan terapia. Pero también es una película, un cuento de hadas muy oscuro en cierta forma, porque en la vida real los dos habríamos terminado en la cárcel. Así lo veo yo.