Perdimos a
Hemos perdido a 3 en manos de infames. Hay que llamarlos por su nombre: terroristas. Dejemos los calificativos inadecuados y blandos. No son delincuentes comunes, no son bandidos, ni rebeldes, ni siquiera son solo disidentes. Para sembrar el terror entre los ecuatorianos los secuestraron el pasado 26 de marzo y en solo unos días los mataron, acaso para probar cómo estaba la resistencia del Ecuador y los ecuatorianos.
Aún es pronto para saber exactamente en qué momento les arrebataron sus vidas, forzando a sus familias al espanto. Si los hicieron sufrir antes del tiro de gracia; si los sometieron o no a la agonía de saber que morirían prematuramente en el forzado destierro.
Cuando el autodenominado Frente Oliver Sinisterra lo anunció, no lo creímos. Parecía que iba a dejarlos vivir; que los usaría para canjear sus prisioneros y conseguir otras cuantas prebendas. Ilusos nosotros los que seguimos tratando con humanidad a quienes perdieron la capacidad de respetar la vida. Para probar que los tenían los grabaron mientras recitaban las demandas de sus captores y enviaron el vídeo a la prensa colombiana. En esa primera prueba de vida se veían sin cadenas, en la segunda ya no. Eslabones metálicos colgaban de sus cuellos y brazos…
Esas mismas cadenas relucirían después en la tierra, en medio de unas cuantas plantas donde les dieron muerte con varios tiros. Así se veían los cuerpos en las fotos, que miles de ecuatorianos desafortunadamente recibimos. No sé nada de la ciencia forense, pero escucho a alguien