“Mira, tu bebé se está moviendo”
Luego de tres años de matrimonio y dos pérdidas, Karla y Miguel Ojeda supieron que no podían ser padres de forma natural. Aunque pensaron inicialmente en adoptar, no tardaron en probar suerte con la reproducción asistida. Fueron meses de ansiedad y frustración, dicen, sobre todo por la posibilidad de no lograr el objetivo. Karla puede concebir naturalmente, no pero su útero permite el desarrollo embrionario, así que su maternidad dependía de un útero sustituto. Cuentan que en un primer intento, los médicos realizaron una estimulación para obtener óvulos y fertilizarlos en laboratorio, pero el plan fracasó. Poco después, en un segundo intento, se logró obtener a óvulos que fueron sometidos fecundación in vitro. Como parte del proceso, estos se implantaron en el vientre de su hermana, quien se ofreció a ayudarlos. No obstante, dejaron de crecer el al mes. “Allí es cuando viene vacío y sientes que has fallado. Es devastador”, expresa Karla. La familia jugó un rol esencial en la decisión de esta pareja de ser padres. Su respaldo moral y económico les permitió ir por el tercer y definitivo intento. En esta ocasión fue una amiga de Karla quien sirvió como una “vientre de alquiler” para al nueva fertilización y traer de mundo a Noah Darío, ahora casi 8 meses. Cuentan que compartieron la con mayor parte del proceso decía: ella. “Si él se movía, ella me bebé”. Mira cómo se mueve tu 40 El parto fue normal, a las semanas de embarazo. La llegada de del bebé cambió la vida despertaba esta pareja. “Antes yo me de madrugada y lloraba iba a pensando que esto nunca pasar. Ahora todavía me despierto, y pero paso por su dormitorio felicidad”, sé que él está y sonrío de expresa.