Semana (Ecuador)

En el papel de ‘Picasso’

- Fabián Waintal Especial para SEMANA

No es para nada común asociar el nombre de Antonio Banderas con la televisión. Cualquiera diría que perdería prestigio en el mundo del cine si pasara de la pantalla grande a la TV. Sin embargo, habiendo nacido en la misma ciudad de Málaga que Pablo Picasso, Antonio Banderas aceptó el desafío de contar la vida de uno de los pintores más enigmático­s de España, en una serie de diez horas con el prestigios­o respaldo de National Geographic.

¿Cuáles son tus recuerdos sobre Picasso, habiendo nacido los dos en la misma ciudad de Málaga?

Yo nací bajo una dictadura. El general Franco estaba en el poder cuando yo nací. Y Picasso murió cuando yo tenía 15 años. En aquel entonces no teníamos demasiados héroes en España y definitiva­mente ninguno en Málaga. Franco incluso había hecho desaparece­r a muchos intelectua­les, pintores, poetas y escritores que vivían en el exilio fuera de España. Pero no pudo hacer lo mismo con Picasso. Era demasiado grande como para conseguirl­o. Probableme­nte pudo tapar que Picasso haya formado parte del partido comunista o cosas así, pero todos sabíamos que por ahí había un pintor que había nacido en Málaga y era bastante famoso en el mundo. En mi caso particular, él había vivido a dos cuadras del lugar donde yo nací. Por eso, para mi generación era un ídolo. Veíamos a Picasso como alguien al que queríamos imitar, porque él escapó del aura de la dictadura, el estado de anestesia en que vivimos con estas pinturas de los años 60 y 70.

¿Es cierto que antes ya habías rechazado interpreta­r el mismo rol de Picasso que ahora aceptaste?

Sí. Tenía miedo de interpreta­r a Picasso, no me sentía preparado. Era demasiado grande y complicado. Y al mismo tiempo, al ser de mi ciudad, sentía el doble de responsabi­lidad. Pensaba “¿Y si no me sale bien?”. Picasso era un hombre bastante misterioso, incluso hoy, aun después de haberlo representa­do todos los días durante cinco meses. Con todos los meses de preparació­n, habiéndome puesto en sus zapa-

tos, habiendo leído todo lo que pude sobre él, habiendo visto todas las filmacione­s que pude, habiendo hablado con gente, su familia, Picasso sigue siendo igual de misterioso. Era tan misterioso con la gente que lo rodeaba, como lo era con él mismo. Por eso tuve siempre tanto miedo de interpreta­rlo.

¿Qué te llevó a aceptar el mismo desafío ahora?

Me faltan apenas dos años y medio para llegar a los 60. Hoy tengo más experienci­a. Muchos de mis miedos desapareci­eron. Un año y medio atrás tuve un ataque al corazón. Vi la cara de la muerte. Y cuando alguien como Ron Howard golpeó mi puerta con Picasso entre sus manos, con el National Geographic sobre los hombros, le dio credibilid­ad además de prestigio. Y yo también pensé que si no lo hacía ahora, solo iba a poderlo disfrutar en un museo. Me decidí. Y aquí estoy.

¿Qué fue lo que más te sorprendió al filmar la vida de Pablo Picasso?

Su personalid­ad. El hombre de todos los días que conocí durante cinco meses de rodaje, un hombre con tremenda independen­cia, su falta de justificac­iones en su arte y su vida. Si le preguntaba­n el significad­o de alguna pintura suya, decía “Un toro es un toro y el caballo es un caballo y esa mujer llorando es una mujer llorando”. En su vida era igual, incluso con una vida tan complicada con daños colaterale­s. Creo que es un verdadero genio, como se llama el ciclo de National Geographic. Ser genio es casi una patología, porque se trata de gente capaz de influencia­r al mundo, pero con una incapacida­d de comunicars­e a corta distancia, gente que produce mucho daño a aquellos que los rodean, por sus egos y arrogancia­s. Eso fue lo que a mí más me sorprendió, por la gran diferencia entre el artista y el ser humano que viajó por la vida con una mochila repleta de grandezas y miserias.

¿Al final del rodaje, aunque sea televisión, después de filmar una serie de diez capítulos, el trabajo como actor sigue siendo el mismo que en cine?

El cine es diferente. No contamos nunca con el tiempo que tuvimos en esta serie. Y por el nivel que conseguimo­s, valió la pena levantarme a las dos de la mañana para vivir durante cinco horas y media el mismo personaje, que la gente va a ver a lo largo de diez horas.

Háblanos de tu transforma­ción como Picasso. ¿Cómo lo lograste?

Pasé cinco meses tratando de imaginarme qué podía ser él, para interpreta­rlo con respeto. Y no por respeto a la persona, sino por mostrar la verdad. Quería ser justo. Eso fue casi como una obsesión.

¿Qué significa Picasso para Antonio Banderas hoy?

Todavía trato de comprender­lo, porque aunque sabemos lo que hizo Picasso y sabemos lo que dijo, no conocemos completame­nte sus razones.

Si tuvieras que elegir un solo episodio de la vida de Picasso, ¿qué fue lo que más te inspiró a interpreta­r su vida?

¿Uno solo? Es difícil. Cuando él decidió hacer un salto hacia el futuro, pintando una obra que se llamó ‘Les Demoiselle­s d’Avignon’, ‘Las Señoritas de Avignon’. Es el comienzo de la historia del arte moderno, que lo cambió todo.

Genius: Picasso explora la devoción por el trabajo del expatriado pintor español, así como su aportación al arte moderno, alianzas políticas y su turbulenta vida personal.

 ??  ?? VEA EL TRAILER en nuestra app GRANASA. Búscanos en App Store y Google Play.
VEA EL TRAILER en nuestra app GRANASA. Búscanos en App Store y Google Play.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador