Personal
Estudios: Economista, graduado en la Universidad Católica de Guayaquil.
Casado con: Diana Castro Ledesma.
Hijos: Paolo y Romina. ¿Qué los empujó a seguir adelante?
Coincidió con la regeneración urbana, entre otros factores. Me divorcié de mi primera esposa en 1996 y volví a casarme seis años después. Mi nueva cónyuge influyó en la decisión de sacar al hotel adelante. También fue determinante en este cambio la presencia de Jacques Ferriére, excelente ejecutivo jubilado que nos impactó con su gran vitalidad. Recuerdo que apenas llegó a la ciudad, en lugar de preferir descansar por las horas largas de vuelo, optó por ir a mi oficina y pedirme que le muestre el hotel. Un hombre exigente y radical, con los años nos hicimos amigos y nuestras familias tuvieron oportunidad de compartir buenos ratos... Ese experto francés hizo que cambiáramos la manera de ver el negocio hotelero.
Lo dice con mucha seguridad.
Totalmente. El hotel actual es diferente al que era antes del 2004. Le voy a contar un suceso que ocurrió antes del citado año. Durante una noche lluviosa un hombre se hospedó en una de las habitaciones. Al poco tiempo, bajó a reclamar a la recepción que se le habían robado el paraguas y que se marchaba. Al final, el paraguas siempre estuvo donde él lo dejó. Nos dimos cuenta de que se inventó el robo para desembarazarse del hotel que le había asignado su empresa.
Nosotros aprendimos el trabajo al andar, como lo hizo nuestro padre. Con el tiempo nos hemos especializado y transformado el hotel. Hoy lo maneja Karen Manvik, mujer joven formada académicamente para ello, y la apoyamos. Por todo eso me siento muy satisfecho.