Nací con una dosis extra de valentía,
Es de manos inquietas no solo al pintar, también a la hora de comunicarse. Todo en ella es movimiento, evolución. Afirma tener una herencia intangible, basada en el talento y el intelecto, pues su padre, Luis Alberto León, como político le inculcó la importancia de escuchar, leer, hablar, ser partícipe de las ideas y desarrollarlas. Por otro lado su mamá, la pintora Mariana Veintimilla, la envolvió en un mundo de formas, colores e interpretaciones visuales. Ambos pusieron una cuota valiosa dentro de su educación.
Luego de terminar su carrera en la Facultad de Artes de la Universidad Central y de realizar importantes exposiciones en el país, la artista decidió ir a París a explorar y seguir evolucionando. Cuando llegó a tierra francesa, todo coincidía. Era como si ya lo hubiese vivido antes. Es que su padre la hacía viajar por el mundo tan solo con
en cuanto a lanzarme a parajes desconocidos”.
sus pensamientos y sus diálogos.
En 2004 fue seleccionada para exponer en el Festival Noche Blanca (Nuit Blanche). Luego fue invitada por el Museo de la Moda (Palais Galliera) a exhibir sus obras. Y fue la primera artista contemporánea del Ecuador en exponer en el Museo de Bellas Artes de París, Le Petit Palais.
Estando en París (2007) recibió otra invitación: participar en la Bienal de Venecia, representando al pabellón ítalo-latinoamericano, junto a sus colegas Pablo Cardoso y Manuela Ribadeneira. Por segunda vez volvió al mismo evento, en esta ocasión con el Primer Pabellón Nacional del Ecuador. Su obra fue ‘Oro y agua: Espejos negros apocalípticos’ (2015).