Dejen de lado los colores cliché
Una debe de ser imparcial, incluso en sus columnas de opinión y, en efecto, “al que le caiga el guante”... Ya saben el refrán. El día del debate encendí el televisor dejando mi postura electoral a un lado, para analizar la imagen de los candidatos. No había reparado que de Luisa González me faltó escribir antes. A pesar de que varió con el look del pasado debate, esta vez la noté uniformada. Creo que las mujeres en la política se deben presentar como se ven a sí mismas y no como creen que deberían verse para el resto.
Ella optó por una blusa con el color del partido y, para combinar, recurrió al viejo cliché de usar un traje sastre blanco aprovechando que ambos tonos transmiten confianza; pero, en realidad, ese es un recurso monótono. Y si bien los lentes dieron el toque diferenciador, el tic de sujetarlos a cada rato le jugó en contra. El lenguaje no verbal también comunica, y los movimientos exagerados, causan distracción.
Lo de vestir uniformado también pasó con Noboa, quien se inclinó por llevar los colores del partido en la corbata. Pero como en política imagen también es quienes acompañan a los candidatos, su esposa Lavinia Valbonesi se llevó las miradas.
¿Notaron el maxi pin de rosa que lució en su blazer? Es una creación de la marca Sensi Studio. Fue elaborado en paja toquilla por artesanas ecuatorianas. Y el hecho de que haya evocado la rosa roja, producto icónico de Ecuador, fue un total acierto. Esos detalles son los que marcan la diferencia. Más allá de usar los colores que transmitan cercanía con los votantes, hay que mostrar el estilo propio y contar una historia a través del look. Ojalá en unas próximas elecciones esto se entienda más en el marketing político. Ahora no me queda más que desearles suerte a todos.