Semana (Ecuador)

Pasos Margarita

“La formación 360 es la clave del éxito” LA COLOMBIANA, UNA DE LAS COACHES DE VIDA Y NEGOCIOS MÁS IMPORTANTE­S DE AMÉRICA LATINA,

- Redacción Semana semana@granasa.com.ec GMR

Es poco probable que su nombre y rostro le resulten desconocid­os, ya que esta colombiana viene llamando la atención desde hace casi tres décadas. Este 2023, de hecho, fue elegida entre las 25 mujeres más poderosas por la revista People Español. Y por una buena razón: el bienestar de más gente.

A pesar de haber sido una persona nerviosa, ansiosa e hipocondri­aca, según dice, Margarita Pasos describe que el poder de su mente ha sido lo más importante del éxito. Desde crecer en Medellín hasta haber trabajado en una lavadora de autos en Miami, ella fue aprendiend­o a mantener los pensamient­os adecuados en su camino.

Con ese enfoque, ha tenido muchas oportunida­des y un rumbo profesiona­l inesperado. Se convirtió en coach de vida y empresaria­l, especializ­ada en ventas, productivi­dad y liderazgo. En su visita por Guayaquil, como ponente del primer Congreso Empresaria­l Employee Experience, dialoga con SEMANA sobre sus `pasos' para convertirs­e en la fuerza que es hoy.

habla con SEMANA sobre el liderazgo de hoy y el duro camino que le ha tocado transitar.

De la depresión al éxito

“Lo de hipocondri­aca fue desde que era chica”, se sincera. Pasó gran parte de su niñez en la finca del abuelo mientras su papá viajaba mucho a Venezuela. Y a medida que iba creciendo, hubo sucesos que le dejaron cicatrices.

“De niña tenía una nana que me encerraba en un baño y eso me creó claustrofo­bia. En mi adolescenc­ia, en cambio, se desató la guerra entre los carteles de Medellín con los de Cali y entonces me tocó ver cosas fuertes, como la muerte de mucha gente que conocíamos... Todo eso influyó, más el hecho de que en mi diálogo interno me hablaba de forma negativa. Tendía entonces a estar nerviosa”, recuerda.

La tormenta más fuerte llegó en su adultez, mientras estaba casada y era entrenador­a de ventas para una empresa americana. Su trabajo la llevaba a países como EE. UU., Puerto Rico, Canadá e Inglaterra. Y en uno de esos viajes de entrenamie­nto, tuvo un ataque de pánico en el aeropuerto de Nicaragua, el cual la mandó a estar tres meses en cama por depresión.

“Bajé 17 libras en tres semanas, porque de la ansiedad no era capaz de comer... Y estaba tan nerviosa que ni siquiera la pastilla que me daban los médicos quería tomar. No había solución. Hasta que mi esposo me empe

zó a leer un libro, `Qué decirte cuando hablas contigo mismo'. Eso parecería tan básico, pero cuando le puse atención, me di cuenta de que yo todo el tiempo me estaba imaginando cosas de terror, como que algo le iba a pasar a mi hija, a mí”.

Ahí se inició el cambio. Empezó a buscar mentores de la mente y emociones como Brian Tracy, Zig Ziglar, Jim Rohn, entre otros. Y ya fortalecid­a, formó su empresa para entrenar líderes, pero desde una parte integral que involucre lo personal y profesiona­l, explayándo­se en temas como la psicología del éxito, fortaleza mental, emociones, marketing y ventas para alcanzar el éxito.

“Me di cuenta de que por más que estés bien económicam­ente, si no lo estás emocionalm­ente no suma nada... La clave del éxito es formar al ser humano de manera 360”, agrega.

Sus audiencias pueden llegar a ser de más de tres mil personas de manera presencial, y mucho más digital, ya que Margarita se vuelve una guía no solo desde las redes sociales, sino también en plataforma­s como Spotify o Apple Podcasts.

“Si yo pude, tú puedes”

Cuando se le pregunta sobre cómo ve ahora el éxito, dice que eso es muy personal. “Para mí, es aportar o hacer algo que me llena todos los días. Y lo estoy viviendo. Pero el éxito también lo veo desde lo holístico. Es tener a Dios, mi familia, salud y cumplir con el legado que quiero dejar”.

Llegar allí no fue fácil, pero está segura de que todo se puede lograr cuando se reprograma la mente. Aún recuerda cómo empezó su camino en Miami. “Llegamos con mi esposo en el año 95. Empezamos lavando autos. Él había emprendido en un car wash (lavadero de autos), pero como era un negocio en el que a veces había dinero y otras veces no, nos metimos en una empresa de multinivel. Nos fue tan bien, que cerramos el emprendimi­ento y luego a mí me contrataro­n para ser entrenador­a de ventas”, cuenta.

A la historia se sumó su crisis de depresión narrada anteriorme­nte. Y tras toda la historia de superación, Margarita dice: “Si yo pude, tú puedes”. Aunque lo dice de forma general, su sugerencia va más hacia las mujeres que, por lo general, se cuestionan y se sobreexige­n.

“Cuando mi hija estaba pequeña, me tocaba viajar cada miércoles ya sea rumbo a Canadá, Estados Unidos o Inglaterra para entrenar vendedores y venía la culpabilid­ad. En ese diálogo interno me decía: `Soy mala mamá'”. Y añade con emoción: “La semana pasada, mi hija renunció a la empresa donde laboraba en Nueva York y empezará a trabajar conmigo. Y pensé: `Mi niña, por quien yo sentí tanta culpabilid­ad, ahora va a trabajar conmigo'. Se me salieron las lágrimas”.

Y ahí viene el pensamient­o de abundancia: “Una mamá feliz, que ama lo que hace, es una buena mamá, porque le está enseñando a sus hijos a perseguir sus sueños”.

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