Pamela Salvador:
“Tu empresa crece según tu crecimiento como persona”
ras al día”, recuerda.
Fue en el 2017 cuando todo se fue encaminando para que ella emprenda. Empezó su etapa de la maternidad y un año después, en una conversación con la tía de su esposo, Carmen Guerra, volcó su mirada al kéfir (una bebida con gran cantidad de probióticos) y ahí empezó a hacer las bases de lo que juntas lanzaron al mercado en el 2019, bajo el nombre de Keif.
Con todos los retos que vinieron durante y después de la pandemia, pudieron marcar diferencia implementando tecnología en microbiología y hoy ya se encuentran en más de 900 puntos de distribución a nivel nacional.
Cuando mira atrás le enorgullece la huella que va dejando en los demás que es “empoderar en salud preventiva, donde la verdadera medicina sea la comida”.
Salud mental, tabú del emprendedor
Siempre le ha gustado el mundo del bienestar. “He hecho ejercicios desde muy joven y me he preocupado por comer balanceado”, menciona. Ese estilo de vida se conjugó con las bebidas, alimentos y suplementos de probióticos que luego emprendió.
Pero eso no significó que todo sea color de rosa en el camino de emprendedora. “Me formé para esto, además me encanta, no tuve complicación en armar el modelo o los canales de distribución, más bien, el mayor aprendizaje ha sido en la parte emocional y que es un tabú hablarlo en el mundo del emprendimiento, porque está súper romantizado”, reflexiona. Y añade “el viaje emocional y la carga que conlleva una marca recae en la salud mental; esto muy poca la gente lo habla”.
El ser mujer, madre, esposa, la incertidumbre en los tiempos de pandemia, hicieron que se preocupe más en cultivar su mente. “En un momento dejé de disfrutar el camino, y no tenía herramientas para manejar el estrés. Allí entendí que necesitaba equilibrar cuerpo, mente y alma”, menciona.
Junto con su esposo, culminaron hace poco, una certificación en Coaching Ayurvédico, que consiste en aprender herramientas para poder vivir en paz.
“Siempre va a haber tormentas, circunstancias que te estresen, o contratiempos con tus hijos ya sean pequeños o grandes. No hay que tratar de apaciguar la tormenta sino de calmarte a ti. No son los hechos los que te afectan sino cómo manejas o gestionas las emociones. Y en el mundo del emprendimiento los fracasos son como banderas”.
Así fue equilibrando mejor su día a día como mujer y profesional. “Tu empresa crece al mismo ritmo de cómo crezcas como persona... Hay que entender que la abundancia no es el resultado de dar más esfuerzo, es simplemente estar alineado con la parte emocional y espiritual”, concluye.