Aborde el problema sin castigos ni gritos
Alabordar el problema, es necesario que los padres adopten un método de evaluación que no i ncluya gritos ni castigo físico. ¿Cómo accedió a ese video? ¿Desde cuándo ha estado ocurriendo? ¿Con qué frecuencia entra a dicha página? Estas, entre otras interrogantes, pueden servir para conocer el trasfondo y buscar ayuda de profesionales.
De existir un problema de adicción, los progenitores deben procurar no aumentar la carga emocional del hijo generándole culpa o vergüenza de sí mismo. Por el contrario, es necesario más supervisión, regular el uso de las pantallas y hablar de las consecuencias de la pornografía en su vida.
Previo a esto, desde casa los hijos deben haber mantenido una charla con sus padres de sexualidad, como por ejemplo el pudor, cómo nacen los bebés, menstruación, abuso, entre otros.
Antes se pensaba que los padres debían explicar temas conforme los niños pregunten, pero hoy, debido a la virtualidad, hay que adelantarse y hablarlo con naturalidad para que siempre el hijo los vea como su principal fuente de información, en lugar de buscar ayuda en internet, algún compañero u otra persona.
En caso de requerir ayuda, pueden optar por la guía de un especialista. En consecuencia, si al adolescente le llega o sale un link de un video para adultos, ellos ya tendrán conocimiento de que verlo no está bien y de los riesgos que conlleva hacerlo. Y en caso de que estos contenidos hayan dejado secuelas en el niño, es imperativo buscar ayuda de un profesional y seguir con el tratamiento indicado.