Envejecer, proceso bello e inevitable
Como acto de amor propio, la preparación antes de llegar a la tercera edad incluye el someterse a CHEQUEOS MÉDICOS ANUALES
En una sociedad obsesionada con la juventud eterna y los ideales de belleza, a menudo se pasa por alto un hecho inevitable: queramos o no, todos envejecemos. Es que aunque las redes sociales cuentan con miles de consejos o tratamientos quirúrgicos y estéticos para mantener una apariencia juvenil, la realidad es que no se puede huir del proceso natural de la vida. Es por eso que, en lugar de negar este hecho, es crucial explorar cómo podemos llegar a tener una vejez saludable tanto física como mental.
Una buena actitud ante todo
La doctora Denisse Tafur, psiquiatra y psicogerontóloga graduada en la Universidad Maimonides (Argentina), comenta que cuidar la salud mental (sea o no que tenga una patología o trastorno mental) es de suma importancia en cada fase de la vida, incluyendo los años previos a la tercera edad. El amor propio desempeña un papel fundamental porque, al cultivar una relación positiva y compasiva con uno mismo, se logra abrazar los cambios físicos y emocionales con aceptación y gratitud hacia las experiencias vividas. Además, a medida que envejecemos nuestras actividades y prioridades pueden cambiar.
Por eso, es fundamental encontrar nuevas fuentes de satisfacción y bienestar. Por ejemplo, “si ya no tiene el trabajo que mantuvo por años y su estilo de vida es distinto, la clave es disfrutar el presente y promover intereses que, por el ajetreo de las responsabilidades diarias, había dejado atrás”, dice Tafur.
Cantar, tocar el piano, pintar cuadros, hacer tazas de cerámica, jugar ajedrez, leer e ir a clases de baile son algunas actividades que puede hacer en pareja, con amigos o en familia.
Al centrarse en lo que le trae alegría, puede mantener una actitud positiva hacia el envejecimiento y encontrar un mayor sentido de plenitud y realización.
Al hacer estas actividades, también existe la estimulación cognitiva y se incrementa la interacción social con quienes ama. “Es de suma importancia evitar el aislamiento que usualmente se genera al llegar a la tercera edad”, advierte Tafur.
Recuerde que su físico, trabajo o estatus económico no dicta quién es y su valor como persona. Si no se siente bien, no sabe cómo afrontar esta nueva faceta y cree que no tiene con quien dialogar sobre cómo se siente, no dude en ir con un profesional.