Septuagenaria pagó por los pecados de su familia
La principal línea de investigación indica que parientes de la víctima llevan personas de forma ilegal a Estados Unidos, a quienes dejan en el trayecto y no regresan al país.
“Nadie entiende quién puede ser tan violento con una mujer que a sus 70 años no puede defenderse, no tiene la fuerza física”. AGENTE PNC
El 21 de junio de 2016 por la noche ingresó al Sistema de Emergencias 911 de la Policía Nacional Civil (PNC) de Santa Ana una llamada que alertaba sobre el hallazgo de un cadáver en el interior de una vivienda ubicada en el bulevar Hermano Lejano, del municipio de Santiago de la Frontera.
Al llegar a la vivienda señalada, los elementos policiales confirmaron que había en el interior de la misma un cuerpo sin vida. Era el de una mujer.
Como manda el procedimiento, colocaron una cinta amarilla para resguardar la escena y procedieron con la inspección y recolección de evidencias en el lugar, que a todas luces revelaban que se trataba de un asesinato.
De acuerdo con el informe elaborado por dichos agentes de la PNC, en una de las habitaciones de la casa fue encontrado el cadáver de Dominga Lorenzana Díaz, de aproximadamente 70 años de edad. Se añadió que la mujer tenía marcas de estrangulamiento, además de ser torturada.
“Nadie entiende quién puede ser tan violento con una mujer que a sus 70 años no puede defenderse, no tiene la fuerza física padonadas ra hacerlo”, consideró un policía.
Según la autoridad, el homicidio de la septuagenaria tomó por sorpresa a un pueblo en el que, por lo menos en la zona urbana, rara vez se escucha mencionar la palabra homicidio por algún hecho cometido en el área.
Sin embargo, al transcurrir las horas la Policía y la Fiscalía General de la República (FGR) fueron develando ciertos indicios que podrían llevar a esclarecer los motivos por los cuales fueron cometidas las agresiones.
Algunos elementos policiales contaron que en una de las paredes de la vivienda donde ocurrió el crimen fue hallada una escritura que decía: “La debías Ana”, y junto a estas palabras otras letras que identifican a una pandilla. Los policías comenzaron a averiguar sobre lo escrito en la pared y las primeras investigaciones arrojaron que el nombre corresponde a la de un familiar de la víctima.
Por su parte, elementos de la FGR dijeron en un inicio que el posible móvil del asesinato era una venganza, debido a que uno de los parientes de la mujer asesinada se dedica a llevar personas de manera ilegal a Estados Unidos y que, supuestamente, las deja aban- en el trayecto.
“En el lugar se encontró un mensaje que da una luz del porqué del homicidio en contra de la señora, que no era como la persona objetivo”, comentó la comisionada Verónica Guadalupe Uriarte, jefa policial de Santa Ana, quien añadió que por ser este un caso en vías de investigación no podía brindar mayores detalles, pero que no se descartan otras hipótesis del caso, las cuales no comentó. La fiscalía ha catalogado el crimen como un feminicidio, por lo que fue retomado por la Unidad de Atención Especializada para las Mujeres de Santa Ana, oficina en la que se limitaron a decir que no se podía dar más información que la proporcionada anteriormente, por estar el caso en vías de investigación.
Otros policías añadieron que en Santiago de la Frontera muchas son las familias que se dedican al tráfico ilegal de personas, lo cual se ha convertido en el modo de vida de muchas.
“El caso fue muy sonado en Santiago (de la Frontera), porque la persona asesinada nada tenía que ver con los negocios de algunos de sus familiares y como se dice: ‘Pagó justo por pecadores’. En ese municipio muchos viven de llevar gente a Estados Unidos y en otras ocasiones andan en otros ilícitos”, manifestó otra de las fuentes vinculadas a la investigación.