Ninguna medicina gusta
Como primer comentario, vale la pena mencionar la apropiada participación, llamando a la reconciliación nacional, que ha tenido nuestro presidente Salvador Sánchez Cerén en relación con las recientes resoluciones de la Sala de lo Constitucional, con respecto a la interpretación constitucional de la Ley de Amnistía de 1993 y los diputados suplentes.
Al inicio, pareció que la “medicina” de las resoluciones no le cayó bien a muchas personas, sobre todo a los posibles involucrados, pero la forma en que el presidente de la República se pronunció al respecto hizo que la mayoría de la población comprendiera que es algo que eventualmente tenía que ocurrir y que más vale temprano que tarde; pues la única forma de vivir en una verdadera paz, que significa que no solo callen las armas sino que exista una convivencia armoniosa y fraterna, es haciendo prevalecer la Constitución de la República sobre toda las cosas; incluyendo el que en algún momento alguna acción pudiera parecer políticamente Las últimas resoluciones de la Sala de lo Constitucional de la CSJ han generado variopintos comentarios en los distintos estratos de la sociedad salvadoreña, los que van desde el apoyo a dichas resoluciones, como también críticas a algunas de las mismas que, como consideran algunos, inquietan nuevamente las aguas del proceso de pacificación del país después de firmados los Acuerdos de Paz.
Desde luego que una de las resoluciones que más inconformidad ha despertado entre los parlamentarios de las distintas fracciones legislativas es la eliminación de los diputados suplentes de esta legislatura, por no haber sido electos por el pueblo, según lo afirman los magistrados de la sala.
Lo anterior ha despertado preocupación entre los políticos, quienes se preguntan quién o quiénes sustituirán a los diputados que por enfermedad sean incapacitados o que llegaren a fallecer por algún motivo. Según expresan algunos diputados la aritmética legislativa se alteraría favoreciendo a algunos partidos y perjudicando a otros, al momento de votar por un proyecto de ley. Además algunos diputados sostienen que la sala les hubiera conveniente.
Lo mismo de no querer tomar la “medicina” adecuada es lo que está ocurriendo en el campo económico y social. Pareciera que el presidente Sánchez Cerén no está dispuesto a recetar la medicina que conviene, para solventar de una vez por todas la enfermedad que está deteriorando la economía de todos los salvadoreños y esto a su vez sigue causando más y más pérdidas de empleo; lo cual se traduce en más daño para las familias salvadoreñas más necesitadas.
Lo primero que hay que hacer para comprender la necesidad de recetar la medicina que no gusta a nadie es comprender que la enfermedad, que se llama “déficit fiscal”, a quien más afecta es a los más necesitados y los afecta porque, a la larga, los primeros que pierden sus empleos son los empleados menos importantes en el Gobierno y en las empresas privadas.
La receta, para mejorar la calidad de vida de los salvadoreños, es bien sencilla y la recomienda un ente eminentemente técnico como es el FMI, pero ninguno de los partidos políticos se atreve a sugerirla; por considerar que van a perder votos, o sea que no es políticamente conveniente. Mientras tanto, el país se deteriora cada vez más y los salvadoreños lo que hacen es tratar de emigrar a otros países o involucrarse en lo que sí obtienen ingresos
permitido terminar normalmente esta legislatura y aplicar las reformas pertinentes en las próximas votaciones para evitar los conflictos que pudieran surgir por esta decisión de la sala.
Sin embargo, algunos magistrados de la sala, tales como Sidney Blanco, han brindado algunas declaraciones sobre la aplicación de la justicia restaurativa en la toma de sus decisiones con respecto a las últimas resoluciones.
En lo concerniente a la resolución que deroga la Ley de Amnistía, también se han generado diferentes opiniones de quienes ven con buenos ojos que se lleve a los tribunales a los autores que cometieron delitos de lesa humanidad para que sean juzgados, y pueda además resarcirse económicamente a los familiares de las víctimas del conflicto bélico. Por otro lado están los que preferirían que este tema de la amnistía no se hubiera tocado, porque traerá mayor conflictividad al país.
Sugieren muchos que debemos pasar esa oscura página de nuestra historia y continuar trabajando a favor de la reconciliación y del desarrollo del país.
Muchos piensan que cuando no se sienta un precedente y se castiga a los autores de crímenes horrendos, existe la posibilidad de que estos vuelvan a repetirse. En ese sentido algunos países en Suramérica han juzgado a militares que se vieron involucrados en crímenes de lesa humanidad cometidos durante la época en que gobernaron oprobiosas dictaduras.
Entre las últimas resoluciones, algunas fáciles, como es unirse a las pandillas o al narcotráfico; lo cual genera más violencia.
Conociendo que a nadie le gusta la “medicina”, lo que los distintos partidos políticos tienen que hacer es buscar la forma de ponerse de acuerdo para que el que la recete no sufra las consecuencias de las que sufren los doctores; cuando les recetan un jarabe no muy agradable a sus niños pacientes.
El jarabe no muy agradable se llama “incremento del IVA”, que es una de las medidas que recientemente recomendó en el FMI, en su última visita. Pretender no hacer caso a estas recomendaciones es ir en contra de los verdaderos intereses de los salvadoreños más necesitados; aunque ellos mismos no lo comprendan en estos momentos.
Hasta el momento, pareciera que ARENA, PCN y GANA creen que ellos se benefician porque el FMLN no pueda incrementar el IVA, por razones políticas. Sin embargo, las consecuencias ya las estamos viviendo y hay que realizar que todos hemos perdido; por lo que comprendiendo que los salvadoreños ya no aguantan más desempleo, lo que todos los partidos políticos debieran buscar es la forma para que la medicina que el FMI recomienda se tome y el FMLN sufra los menos costos políticos posibles; como única posibilidad para que todos los salvadoreños salgamos ganando en el largo plazo.
han sido casi totalmente aceptadas por la población, como fue la derogación del incremento a la factura de la energía eléctrica que afectaría a los mayores consumidores de energía, pero que afectaría también a los consumidores por el efecto cascada que generaría en el precio de los productos de la canasta básica. Es bueno recordar que cuando el Gobierno impuso este recargo a la energía eléctrica, otra autónoma, la CEPA, había estado siendo criticada por los despilfarros que se habían estado dando en la compra de licores y otros productos para el consumo de los directivos y otros empleados.
Desde luego que es difícil que la Sala de lo Constitucional con sus diferentes resoluciones pueda satisfacer a todos, porque cada quien va a encontrar beneficios o perjuicios según los intereses que tenga. Algunos dirán que las resoluciones de la sala se desligan del texto constitucional, y que los magistrados le dan la interpretación que ellos consideran conveniente a la Constitución, creando esa diversidad de opiniones en la población cada vez que emiten una determinada resolución.
Es conveniente que vayamos acostumbrándonos a que las resoluciones de la sala siempre serán criticadas por la población, porque sus efectos tocarán distintos intereses como se dijo antes, pero debemos ir madurando en ese sentido porque sabemos que las resoluciones son inapelables y de obligatorio cumplimiento. Muchos podrían decir que las resoluciones de la sala, unas son de cal y otras de arena.