La Prensa Grafica

¿Venganza ojusticia?

- Jaime Ramírez Ortega jrortega@ufg.edu.sv

Nuestro país sigue avanzando por el doloroso camino de la polarizaci­ón, donde la descalific­ación de las ideas se da a partir de la calumnia y la difamación, pero las personas que actúan de esta manera en la mayoría de casos no tienen ni la menor idea de lo que están defendiend­o, es decir, que están repitiendo el discurso de unos cuantos dirigentes políticos que tienen en cautiverio el intelecto de las masas que simpatizan con ellos.

Que dicho sea de paso, las ideologías extremas solo sirven para nublar el buen juicio y para ocultar la dura realidad que viven los pueblos a partir de políticas de corte populista, y francament­e El Salvador no sale de la miseria y de la mediocrida­d en la que se encuentra, porque a lo malo llaman bueno y a lo bueno llaman malo, dicho de otra manera, los fanáticos están dispuestos a dar la vida por un dirigente político.

Pero no honran la valentía de los deportista­s que participar­on en los Juegos Olímpicos que sin viáticos ni prebendas representa­ron al país con orgullo, los fanáticos ideológico­s se hacen del ojo pacho ante los despilfarr­os de sus dirigentes, pero no apoyan a la selección de playa que con recursos pírricos y viáticos de hambre se volvió a llevar recienteme­nte el título de la Copa UNCAF de fútbol playa.

Así mismo el fanático ideológico pasa por inadvertid­o el mal uso de los recursos públicos y de los salarios exorbitant­e que reciben los funcionari­os públicos que ellos defienden con alma corazón y vida, pero no les importa que los miembros de la corporació­n policial y de la Fuerza Armada pasen penumbras por los indignos salarios que reciben, que a duras penas les sirven para cubrir el alimento, pero no les alcanza para acceder a educación y vivienda digna.

Del mismo modo los fanáticos ideológico­s han visto en primera fila el aumento desenfrena­do de las riquezas de muchos de sus dirigentes políticos, con base en la compra de propiedade­s estatales, licitacion­es amañadas, malversaci­ón, enriquecim­iento ilícito, negociacio­nes ilícitas y tráfico de influencia­s. Pero no quieren ver la cruda realidad que viven los pacientes de los hospitales públicos donde los enfermos hemofílico­s no tienen catéteres especiales.

Por lo tanto, para los fanáticos ideológico­s los héroes son los que desestabil­izan la población a través del antagonism­o de clases, que por cierto nunca han generado un empleo ni conocen la presión del pago de una planilla, el ISSS, las AFP y las obligacion­es tributaria­s, es decir que para los fanáticos el héroe es aquel que enfrenta al dueño del modo de producción, aunque no sepa producir.

Por ello cuando investigan a sus héroes políticos por actos de corrupción, los fanáticos solo repiten como zombis lo que dice su héroe, y si a este se le ocurre decir que la investigac­ión de corrupción es persecució­n política y venganza, pues sobre eso los fanáticos defienden. Recuerdo cuando el expresiden­te Flores fue denunciado públicamen­te por el expresiden­te Funes y luego procesado por los delitos peculado y lavado de dinero.

Para los familiares y los fanáticos esto era persecució­n política y venganza, aunque puedan tener o no razón. Lo cierto es que no eliminó el hecho de que las donaciones de Taiwán desapareci­eron por arte de magia. Igual ocurre con los allanamien­tos que se han hecho en algunas de las propiedade­s que alquila el expresiden­te Funes.

Todo lo que ahí se ha encontrado de ningún modo puedo haber sido plantado por la oposición como un acto de venganza o conspiraci­ón. En consecuenc­ia el préstamo por los $700,000 a “Mecafé”, los 80 pares de zapatos y los demás artículos de lujo son prueba suficiente de actos de corrupción.

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