Autónomos y seguros
ALEJANDRA RIVERA MÉNDEZ Psicóloga del Centro Psicopedagógico de Estimulación y Desarrollo facebook.com/centropeyde Sabemos que la primera etapa de la vida es muy importante en nuestras vidas, dependiendo de cuáles sean las formas y estilos que usamos para educar a los hijos, así les daremos la oportunidad de crecer autónomos y seguros, o inseguros y dependientes. Una de las grandes metas que conviene que nos tracemos como padres es el de ayudar a los niños a disfrutar cada etapa de sus vidas enseñándoles a valerse por sí mismos, a que empiecen el aprendizaje para ser cada vez más autónomos, y a medida crezcan puedan ser más autosuficientes. La motivación, la cercanía afectiva, la guía, el no realizar nosotros lo que ellos podrían hacer, son algunos puntos que toman gran importancia en estos aprendizajes; por otra parte, la actitud de papá y mamá les transmite a los niños mensajes que entienden muchas veces mejor que las instrucciones o que las palabras; en ese sentido, la sobreprotección no es un camino elegible porque aquí creamos una especie de burbuja en torno al niño aunque lo hagamos con las mejores intenciones de protegerlos, aunque queramos evitarles situaciones difíciles para que no tengan que afrontarlas y se “encuentren a salvo” de todo aquello; sin embargo, lo cierto es que con esto no los preparamos para afrontar las dificultades a las que tendrán que enfrentarse. Ser autónomos significa adquirir gradualmente autonomía psíquica, física y social; el niño se sentirá dispuesto a aprender con confianza, sin miedos y con seguridad en sí mismo.