Nuevas reglas mundiales retan a bancos de C. A.
LJueves 20 de octubre de 2016
La prevención del lavado de dinero y el financiamiento de actividades ilícitas ha elevado el nivel de alerta en grandes bancos del exterior.
a crisis financiera mundial de 2008 y 2009 y el caso de los “papeles de Panamá” impulsaron una tendencia en los bancos más grandes del mundo, que ahora son más estrictos a la hora de buscar socios en otros países.
Como parte de esa tendencia, muchos bancos de amplia experiencia comenzaron a reducir los servicios especializados que daban a bancos más pequeños, si estos no cumplían con las nuevas normas internacionales. Para tomar esta decisión, los directivos y las autoridades ponen mucha atención en el riesgo.
El nombre técnico para este proceso en el que los grandes bancos internacionales son más selectivos con sus socios se llama “de-risking”, que en español puede ser “limpiar el riesgo”.
La Red de Investigadores del Banco Central (REDIBACEN) presentó cómo estas tendencias del mundo pueden afectar a Centroamérica y El Salvador. El análisis estuvo a cargo de Enrique Dubón, economista del Consejo Monetario Centroamericano (SECMCA), la organización regional de bancos centrales.
Por ahora, la región más afectada por el “de-risking” ha sido el Caribe, y de manera individual, Panamá. Por ahora El Salvador y sus otros vecinos regionales no han tenido mayor afectación, según el SECMCA.
Dubón explicó: “Cuando los grandes bancos retiran algunos servicios, el costo es alto: se complican los negocios y se facilita tomar caminos alternos que no conocemos. Esto también implica mayor riesgo y eso debemos prevenirlo”.
Por ejemplo, las corresponsalías, que son uno de los tantos servicios que prestan bancos comerciales grandes. El costo promedio de tener esas corresponsalías pasó de $20,000 en 2010 a $100,000 en 2015. Un caso cercano es Costa Rica, donde Dubón dijo que el costo pasó de $25,000 a más de $75,000.
Las corresponsalías permitían a los actores locales estar enterados de todas las innovaciones en el mundo de las finanzas.
“El Salvador depende del mercado global y necesitamos saber cómo se están haciendo las cosas... Nos estaríamos perdiendo de ese conocimiento”, dijo el economista del consejo monetario.
De hecho, la mayor parte de los bancos comerciales en el país tiene una participación mayoritaria de firmas internacionales: colombianas, guatemaltecas, hondureñas, canadienses, entre otras.
COORDINACIÓN Y FIJAR PRIORIDADES
Dubón advirtió que cada país debe tener claros sus objetivos para saber hasta dónde puede adoptar todas estas reglas para evaluar el riesgo.
“El punto es que deben estar atentos a la tendencia, porque la tendencia le obligará a replantear la manera de hacer negocios”, dijo Dubón.
Uno de los motivos que han acelerado el proceso del llamado “de-risking” es la prevención del lavado de dinero y financiamiento del terrorismo.
Frente a estas dos amenazas hay organismos como el Grupo de Acción Financiera del Caribe (GAFIC), que intenta dar una guía general para los países. El Salvador es miembro de este grupo y ha seguido los lineamientos.
Mencionó que una aplicación poco crítica de las normativaspuedeafectar,porejemplo,losplanesdein- clusión financiera y en el mediano plazo terminará encareciendo los servicios financieros para los ciudadanos, los usuarios. “Tenemos (en Centroamérica) una agenda de desarrollo financiero que es la que debe primar”, agregó Dubón.
En este sentido, recordó que el SECMCA ya tiene un papel más activo en ayudar a los países con estas nuevas normas y los servicios existentes.