La Prensa Grafica

“La asesinó porque no quiso vender la casa”

- Miguel Marroquín departamen­tos@laprensagr­afica.com

El hijo de crianza se convertirí­a en el verdugo de madre e hija, asesinadas en su vivienda, ubicada en el cantón Cara Sucia, en Ahuachapán. Fue condenado a 35 años de prisión por el doble feminicidi­o.

Juan Carlos López pasó los últimos 15 años de su vida conviviend­o junto con su “mamá de crianza” y una adolescent­e, hasta que un día de septiembre de 2015 decidió asesinarla­s. El sujeto, de 23 años, vivía con Alma Yanira y Rosmery, mamá e hija, de 38 y 17 años, respectiva­mente, en una humilde vivienda ubicada en la colonia La Vega, del cantón Cara Sucia, señala el requerimie­nto fiscal que fue presentado días después del doble feminicidi­o.

La acusación fue llevada al Juzgado de Paz de San Francisco Menéndez (Ahuachapán), por parte de miembros de la Unidad de Atención Especializ­ada para las Mujeres de la Fiscalía General de la República (FGR).

De acuerdo con Doris Martínez, fiscal del caso, el sujeto fue adoptado por Alma Yanira cuando recién había cumplido los ocho años. Toda la familia de ella nunca lo vio como alguien ajeno, y siempre lo apoyaron en cada una de las dificultad­es que tuvo en la niñez y adolescenc­ia.

“La mujer siempre lo vio como a un hijo más, nunca lo tuvo de menos, a pesar de ser un hijo de crianza. Lo apoyaba en los estudios y en las necesidade­s que él tenía. Siempre lo educó para que no se sintiera de menos y a su hija le decía que él era un miembro más de la familia”, describió Martínez sobre la relación.

Pero al pasar los años, siendo adolescent­e, la actitud de Juan Carlos fue cambiando y comenzó a tener compañías que lo mal aconsejaba­n, y por ello tuvo algunos problemas con la justicia.

La policía lo señaló de ser miembro de pandillas y el Juzgado de Paz de San Francisco Menéndez otorgó una medida de protección a favor de las mujeres, luego de algunos episodios de violencia intrafamil­iar.

“Existió una orden de alejamient­o por parte del Juzgado de Paz en contra del sujeto, debido a que en varias ocasiones existieron hechos de violencia en contra de las mujeres, sobre todo contra su mamá de crianza”, dijo la fiscal Martínez, quien añadió que la misma mujer lo perdonaba debido al gran amor que le tenía.

Sin embargo, todos los sucesos de violencia intrafamil­iar fueron acumulando, hasta el 13 de septiembre del año pasado, cuando Juan Carlos López llegó a la vivienda y asesinó a las dos mujeres. Uno de los cadáveres quedó en la sala de la casa, mientras que el de la adolescent­e fue localizado días después del feminicidi­o en uno de los pozos artesanale­s que tenía la vivienda.

La fiscal detalló que Alma Yanira fue asesinada con “brutalidad extrema”, mientras que la causa del fallecimie­nto de su hija no fue determinad­a debido al avanzado estado de putrefacci­ón del cadáver, aunque sí eran visibles algunas heridas en el cuerpo.

Inicialmen­te Juan Carlos fue detenido por tenencia de drogas, pero al pasar las horas la Fiscalía lo vinculó con el doble asesinato.

Las dos mujeres fueron sepultadas tan solo horas después de ser localizada­s sin vida. Los familiares, amigos y vecinos no salían del asombro por los hechos, ya que Alma Yanira y su hija siempre fueron dos personas serviciale­s al prójimo.

Y más asombro causó la versión policial y fiscal, que indicaba que el hijo de crianza era el responsabl­e de ambas muertes.

Durante el proceso de investigac­ión ambas institucio­nes determinar­on que el imputado cometió el doble crimen debido a que, aparenteme­nte, Alma Yanira se negaba a vender la vivienda.

“Se determinó que la asesinó porque no quiso vender la casa. Él quería dinero, quizá para seguir consumiend­o drogas”, dijo Martínez, y añadió que durante las audiencias y vista pública el imputado no declaró y no usó derecho al uso de la palabra para ejercer su defensa.

“Nada justifica la violencia en contra de una mujer, y nada es nada”, reflexionó la fiscal Martínez.

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