La Prensa Grafica

LA AZUL DERROTÓ A BELICE Y FIRMÓ UN BUEN ARRANQUE. LUEGO PERDIÓ GAS.

- CHRISTIAN PEÑATE ROBERTO FLORES ENVIADOS

Quince partidos después, El Salvador volvió a ganar un juego. Pero tan lejano estaba el recuerdo del último triunfo de la Azul que el de ayer supo, más allá de tres puntos en la tabla, a uno más de la racha deprimente que la selección ostentó durante más de un año.

Todos los defectos que durante más de un año condenaron a la selección a la peor racha sin ganar de su historia estuvieron ayer. La diferencia fue que en- frente estuvo una Belice, a la que le pesaron los tres partidos jugados ya en la Copa Centroamer­icana y entró deshecha al campo, aturdida y en perfecto estado, para que los pupilos de Eduardo Lara hicieran agosto en enero con tres tantos en 25 minutos.

Pero cayeron los goles y se apagaron las luces. La selección superaba 3-0 a Belice y confundió el camino fácil recorrido para anotar tres goles: pensó que así seria el resto del encuentro y volvió a pecar de falta de puntería, en un grado que rayó en lo obsceno.

La Azul se desordenó tanto, que permitió el tanto del descuento al final de la primera mitad y pasó la segunda buscando el cuarto tanto, mientras de reojo esperaba no cayera la segunda diana rival que le complicara el cierre.

No fue así y la selección se sacó de encima la pesada losa de 15 juegos sin victoria: 13 cortesía de la era Maradiaga en la selección, luego que la FESFUT decidió que era buena idea tener tres técnicos en tres fases diferentes de la eliminator­ia, y dos de los primeros partidos de la actual Copa Centroamer­icana. Encuentros en los que, irónicamen­te, el rendimient­o fue ligerament­e mejor que el de ayer.

Si ante los ticos se mantuvo el tino por 90 minutos y solo faltó el gol, y ante Honduras no se perdió la concentrac­ión sino hasta que llegaron las dos expulsione­s de Zelaya y Larín, ayer el fútbol solo le duró 35 minutos a la selección. En esa primera media hora de partido maniató a Belice y le quitaba la pelota con facilidad para hacerla circular entre líneas, con Mayén y “el Ruso” Flores intercambi­ando la mediapunta y un muy activo Juan Barahona descosiend­o al rival por la banda izquierda.

Así llegaron los tantos. El de Mayén tras dos cabezazos en el área, al 15', el de Barahona cinco minutos después, con un remate ajustado al poste dentro del área, y el de Romero tras un cabezazo en el centro de un tiro de esquina, al 22'.

Con el 3-0, en adelante Belice administró mejor sus fuerzas y anuló la presión que le hacía perder la pelota. Además, El Salvador perdió el punto de mira. Tiró a las nubes toda pelota que encontró en el área, incluida una, al minuto 37, cuando Nelson Bonilla picó mal una pelota con todo el arco vacío.

Y si ya fallando oportunida­des el partido pintaba mal, la mueca se torció más al 43': Deon Mccauley fabricó una gran jugada por la banda derecha, se metió entre dos defensas, superó a Benji y remató a placer para el 3-1.

El segundo tiempo simplement­e salió sobrando. Si el balón llegaba al arco beliceño, los cuscatleco­s la volaban. Llegó la victoria, pero en medio de tanta amargura hasta la miel sabe insípida.

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 ??  ?? DESACIERTO. Nelson Bonilla acentuó su sequía goleadora, al fallar los chances que tuvo ayer.
DESACIERTO. Nelson Bonilla acentuó su sequía goleadora, al fallar los chances que tuvo ayer.

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