Trump, el general Kelly y los salvadoreños en2017
Es indudable que nuestros compatriotas residentes en Estados Unidos (EUA), legal, ilegalmente o bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS), alrededor de tres millones de personas, una tercera parte de la población de El Salvador, están preocupados por el tono antiinmigrante del presidente de EUA. Sus remesas de 4 mil millones de dólares al año constituyen el 16 % del PIB salvadoreño.
La promesa de Trump de deportar de inmediato a varios millones de inmigrantes ilegales es inviable desde el punto de vista económico, pues ello tendría graves consecuencias para la economía estadounidense. De acuerdo con el Centro de Investigación Pew, el prestigioso Think Tank de Washington, existen en total aproximadamente 8 millones de trabajadores no autorizados en Estados Unidos. Si todos los trabajadores indocumentados fueran expulsados, habría un descenso del 9 % en la producción agrícola y un desplome del 8 % en la construcción y en el importante sector terciario de la economía.
Por otro lado, el secretario de Seguridad Nacional, el general John F. Kelly, sostiene que un muro del Pacífico al golfo de México es insuficiente para asegurar la frontera suroeste de Estados Unidos, pues se requieren recursos humanos, tecnología y un mayor acercamiento a los países centroamericanos.
El general Kelly estuvo durante años al frente del Comando Sur de EUA y fue uno de los arquitectos del Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), concebido como una medida preventiva para evitar la inmigración masiva hacia el Norte, que busca invertir in situ para crear oportunidades de desarrollo personal. Él abogó personalmente ante el Congreso estadounidense para aprobar mil millones de dólares para ejecutar dicho plan.
Se trata de una persona sensible hacia la inmigración a EUA de los países centroamericanos, a los cuales él considera respetuosamente unos buenos vecinos. Conoce su problemática vinculada a las pandillas, el narcotráfico, la trata de personas, el crimen organizado y la corrupción a todos los niveles y estratos.
Desde su gestión en el Comando Sur luchó porque EUA hiciese algo para reducir la demanda de drogas en su país, pues sostiene que esa es una de las causas de los problemas al sur del continente.
Autodefinido como un “independiente” en política, este militar de la Infantería de Marina sirvió como comandante de la Fuerza Multinacional en Irak entre 2008 y 2009, y como jefe del Comando Sur hasta enero de 2016. La llegada a esta importante cartera de Estado de un experto en Centroamérica podría favorecer la futura política migratoria del gobierno estadounidense, volviéndola menos represiva y más solidaria, y restándole agresividad al discurso xenófobo y proteccionista de Trump. Así como un relanzamiento de la Alianza Para la Prosperidad del Triángulo Norte, uno de sus proyectos más preciados.
Por otro lado, EUA ya reconoce jurídicamente la existencia en El Salvador del problema de violencia criminal generado por las maras, y constituye un motivo de asilo en dicho país. Son muchos los salvadoreños que gozan de asilo y de residencia legal, por dicha causa, que han ganado en los respectivos tribunales norteamericanos.
Un argumento que aunque favorece a nuestros compatriotas no soluciona el problema de la emigración masiva: la falta de oportunidades en su país de origen.