Elfindela guerra
Cumpliendo promesas, el gobierno actual está combatiendo ferozmente a las maras. Hasta cierto punto este método ha obtenido sus resultados. Sin embargo, lo que se está desarrollando es una guerra sucia. Sucia por su modus operandi.
La estrategia de ataque que se ha emprendido contra las pandillas tiene dos características principales. Primero, no hay que olvidar que es violencia de Estado, aunque no lo parezca. En efecto, he aquí su segundo rasgo: obedece a una lógica de guerrilla. Es decir, las operaciones que se han llevado a cabo se inscriben dentro de una dinámica opaca en la cual nunca se sabe bien lo que realmente pasó. Solo se conoce el resultado final: los muertos. Y son mayoritariamente pandilleros. Por lo tanto, podemos detectar lo que vendría siendo la única regla enunciada e impuesta por las autoridades: eliminar al enemigo. Al parecer, este método tiene alguna eficiencia. Pero lo cierto es que ha sobre todo encontrado su filosofía, la famosa, del fin que justifica los medios.
Ahora la pregunta es: ¿cuál es el fin? Ganar, naturalmente. Pero en concreto se trata de terminar con la plaga de las maras que esconde detrás una multitud de problemas. No descartemos ni olvidemos el segundo plano, la realidad subyacente de la lucha. Si se ha optado por el uso de la violencia, que sea un medio, no un fin. No caigamos dentro de una ceguera del odio. No nos complazcamos dentro de un derrame de sangre que sería entonces inútil.
Justamente, la Mara Salvatrucha-13 está pidiendo dialogar. Su legitimidad, que se ha cuestionado en general, y en particular en torno a su llamado, es de ser el enemigo identificado por la guerra más o menos oculta del gobierno. Sin duda, este caso no se puede comparar al de las FARC. Pero no es, como se ha dicho, porque no hay ninguna ideología política que no se puede discutir con los políticos. Al contrario, las maras son el fruto venenoso de tierras abandonadas. Se trata entonces de corregir errores, de recuperar territorios perdidos. La discusión es imprescindible. Y debe de haber concesiones por ambos lados. La MS-13 tiene que aceptar su desarmamiento, su desarticulación. Tiene que pagar legal y penalmente
progresiva para que exista “un buen pastel” del cual pueda lograrse el desarrollo social. Igualmente irrefutable es la importancia de que existan buenos trabajadores –logrados mediante oportunidades y condiciones justas, adecuadas y suficientes de estudio, trabajo y crecimiento, para formar parte de esta productividad colectiva [de Nación], para tener buena salud, alimento, cobijo, dignidad y posibilidades de progreso. Sin duda siempre habrá quienes quieran abusar de ventajas y recursos para concentrar en forma desproporcionada la riqueza, así como quienes querrán vivir a costillas de otros sin esfuerzo alguno. ¿Serán usualmente minorías que, aunque muy pequeñas, pueden a veces ser minorías importantes y aun poderosas y dominantes?
¿Facilitará eso último un proselitismo basado en señalar que el otro está equivocado, es deshonesto y busca “sangrar al Pueblo en beneficio propio” –más que mostrar capacidad propositiva y ejecutiva propia para coordinar y dirigir la Nación en dirección adecuada u óptima? ¿Será por esto que se busca insultar y degradar, con la esperanza de que quien escucha se desoriente y prefiera circo sobre solución y progreso? ¿Puede perpetuarse esto acentuando artificialmente las diferencias aparentes en lugar de aprovechar lo obviamente complementario para a su vez aprovechar las ventajas de cooperar para lograr el progreso requerido y deseado? Claramente, aunque estén viendo “distintas partes del por sus crímenes. Al gobierno le toca invertir en las regiones que lo necesitan, apoyando programas de reinserción, de reintegración a la sociedad. Crear escuelas, hospitales, empleos, seguridad social y vital: crear presencia. No será simple. Pero por todo ello la discusión, que será ejemplar, es legítima y necesaria.
¿Estará la MS-13 confesando su debilidad? ¿Le estará el Estado ganando efectivamente? Quizás. Puede que la respuesta sea positiva como negativa. Y me atrevo a decir que poco importa. Lo esencial es que se ha pedido recurrir al diálogo. Por lo tanto hay que discutir. Eso era el objetivo, ¿no? Que se pida bajar las armas, que se negocie la paz. Así se terminan los conflictos. No se puede acabar por y con la violencia, al menos que el gobierno piense exterminar toda la gente desafortunada que nació en el lugar equivocado.
Cuando les conviene, los políticos negocian con las maras, lo han hecho incluso los que ocupan ahora el poder. Si el trato secreto incluía una promesa de voto por parte de los mareros, el acuerdo fue bastante fructuoso. Entonces, decir que no se puede dialogar con las maras es falso. Dentro de un diálogo ejemplar para todos, el gobierno tiene que aceptar sentarse junto a la MS-13: no será la primera vez. Pero sí podría ser la última. Y tendríamos otros Acuerdos de Paz.
elefante”, ninguno podrá sobrevivir sin el otro. ¿Un “matrimonio obligado de conveniencia y cooperación” en función de país?
¿Será que el precio de estas posturas políticas radicales y de baja calidad resultará mucho más caro que las maras mismas, y generará cada vez más la división, incapacidad, mediocridad, populismo, estancamiento y corrupción? ¿Un ambiente en que la “lealtad” [de partido] fácilmente priva sobre la urgentemente requerida capacidad, integridad y empuje? Peligrosas especulaciones, pero en caso sean más acertadas que erróneas, también sugieren la probable existencia de un “componente moderado” de nuestra sociedad – ¿posiblemente una mayoría considerable? –que simplemente toleramos y seguimos el juego. ¿De quién será responsabilidad si El Salvador termina con otro Hugo Chávez o Anastasio Somoza? ¿De quién será responsabilidad el total descalabro y colapso social, económico y ambiental de El Salvador que parece inminente?
Mientras las estadísticas regionales indican claramente que hemos bajado al último puesto de desarrollo en Centroamérica –¡y seguimos bajando!– nadie parece querer ceder un milímetro. Sin duda, nunca ha sido más importante y urgente remar juntos y revueltos. Solo la más alta capacidad, entendimiento, esfuerzo conjunto y tolerancia parecerían darnos esperanza alguna para enfrentar y solventar esta crítica y devastadora situación en que nos encontramos. DOMINGO 25 DE ENERO DE 1942 Se han estimulado las compras de café en Estados Unidos. Las compras de parte de tostadores y otros interesados se ampliaron durante esta semana, incluyendo pedidos de los que usan café en varias partes de Estados Unidos. Los suaves de Colombia, los de Brasil y los grados de especialidad fueron todos objetos de preguntas.
Hoy hace 50 años
MIÉRCOLES 25 DE ENERO DE 1967 “Las elecciones se llevarán a cabo indefectiblemente el 5 de febrero entrante y será el pueblo quien decida su suerte, con respecto a su futuro gobernante...”, así se expresó el presidente de Nicaragua, doctor Lorenzo Guerrero, al ser preguntado respecto a las próximas elecciones presidenciales, informa el enviado especial de LA PRENSA GRÁFICA desde Managua.
Hoy hace 25 años
SÁBADO 25 DE ENERO DE 1992 Un total de 101 oficiales militares llegaron ayer en la tarde al país, para integrarse al contingente militar de ONUSAL, que verificará el cumplimiento de los Acuerdos de Paz. Hoy al mediodía llega otro contingente de oficiales canadienses, se informó. Los militares españoles fueron recibidos en el Aeropuerto de El Salvador, luego del arribo del avión de la Fuerza Aérea Española que los transportó. EL PODER OFRECE DE ANTEMANO UN REPERTORIO DE GOZOS JUVENILES, PERO EN LOS HECHOS ACABA SIENDO LA MEJOR RECETA PARA ALCANZAR LA VEJEZ ANTICIPADA.
NO HAY PRISA QUE VALGA CUANDO EL DESTINO SE ACOMODA EN NUESTRO ÁTICO A REVISAR SUS CUENTAS CORRIENTES.
ANTES LOS POETAS ÉRAMOS LOS HABITANTES ÚNICOS DE LA NUBE GLOBAL; HOY SOMOS LOS DESTERRADOS EN UNA ÍNFIMA CAPILLA DEL DESIERTO SUBURBANO.