DEPORTACIÓN Y DETENCIÓN DE SALVADOREÑOS EN EUA EN AUMENTO
Los connacionales que logren llegar de ahora en adelante a Estados Unidos enfrentarán un sistema hecho para imposibilitar que puedan hacer una solicitud de asilo en la frontera.
“Trump ya está decretando órdenes ejecutivas que hará mucho más difícil, o hasta imposible, para los peticionarios de asilo el tener una oportunidad para pedir protección”. KAREN LUCAS, DIRECTORA ASOCIADA DE AILA “(Vamos a frenar el) aumento sin precedentes de la inmigración ilegal procedente de Centroamérica, que está dañando tanto a Estados Unidos como a México”. DONALD TRUMP, PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS
El éxodo salvadoreño hacia Estados Unidos no para a pesar de los obstáculos y peligros que hay en el camino bajo condiciones migratorias irregulares. A veces ese viaje acaba en México. Muchos otros mueren en el camino. Los que alcanzan a llegar son aprehendidos por inmigración. No hay una cifra exacta de salvadoreños que logran llegar a su destino final, pero sí hay registros de los que son deportados y de los que han sido detenidos y puestos en manos de inmigración para entrar a un sistema cada vez más complicado.
Entre el 1.º y el 25 de enero de 2017 han sido deportados 1,508 salvadoreños de Estados Unidos y 1,041 desde México. Otros cinco connacionales fueron retornados de otros países, para hacer un total general de 2,554 conciudadanos expulsados de Norteamérica. De ellos, 327 son niños.
Los números facilitados a LA PRENSA GRÁFICA por la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) se traducen en un incremento de al menos un 8 % con respecto al mismo lapso de 2016.
Un sensible robustecimiento, en especial desde Estados Unidos, en donde el presidente Donald Trump ha prometido acabar con el “aumento sin precedentes de la inmigración ilegal procedente de Centroamérica, que está dañando tanto a Estados Unidos como a México”.
El presidente Trump también firmó el miércoles la orden para construir un muro en la frontera sur.
Además, quiere contratar a 5,000 agentes fronterizos para atender el pico en el flujo migratorio y contratar a otros 10,000 agentes encargados de la seguridad interna.
En tanto, la Patrulla Fronteriza (CBP, en inglés) reportó un total de 21,689 salvadoreños detenidos al intentar ingresar al país en condiciones irregulares.
De esa cifra, 5,884 fueron menores no acompañados, el resto son unidades familiares, uno o más menores de edad junto con algún guardián o familiar. Todos estos compatriotas seguirán su proceso de deportación o de asilo bajo la nueva administración y en cortes abarrotadas de peticiones.
Además, la CBP advirtió ayer en un comunicado de prensa acerca del inminente peligro del río Grande, barrera fronteriza natural donde se han perdido vidas salvadoreñas. “El aumento del volumen de agua refuerza la corriente del río y pone a cualquiera que intente cruzar ilegalmente en peligro”, dijo la Patrulla Fronteriza.
SOLICITAR ASILO SERÁ CASI “IMPOSIBLE”
Los obstáculos que Trump ha puesto para los inmigrantes indocumentados están tanto en la frontera como en el interior del país. Con la construcción del muro, la mecánica de petición de asilo tendría que cambiar –si es que ha sido contemplada– porque ac-
tualmente, según lo estipula el Acta de Inmigración y Nacionalidad (INA, en inglés), “todo inmigrante que llegue a la frontera sin documentos será deportado a menos que solicite asilo a un oficial”. Pero teniendo una barrera física de 3,114 kilómetros, los inmigrantes ya no podrían presentarse a inmigración.
Estados Unidos otorga el estatus de asilo a “las personas que satisfacen la definición de refugiado, están en (el país), y piden admisión en un puerto de entrada”, según USCIS. El asilo se puede solicitar “sin importar el estatus de inmigración”.
“La administración de Trump ya está decretando órdenes ejecutivas que hará mucho más difícil, o hasta imposible, para los peticionarios de asilo el tener una oportunidad significativa para pedir protección”, explicó a LA PRENSA GRÁFICA Karen Lucas, directora asociada de la Asociación Americana de Abogados en Inmigración (AILA, en inglés), con sede en Washington D. C., Estados Unidos.
“Es injusto e inhumano darle la espalda a esos que buscan en nosotros (Estados Unidos) refugio de la violencia, abuso y persecución”, sentenció la experta.
De acuerdo con la INA, cuando un inmigrante se presenta en la frontera a un oficial de inmigración y solicita asilo, este debe referirlo al Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS, en inglés) para llevar a cabo una entrevista de miedo creíble, explicó Amy Fischer, directora de políticas del Centro de Refugiados e Inmigración para la Educación y Servicios Legales (RAICES, en inglés), basado en San Antonio, Texas.
Al director ejecutivo de la organización Alianza Américas, Óscar Chacón, no le queda duda de que la orden en inmigración de Trump es un paquete “coherente con el propósito de hacerle la vida” a los inmigrantes irregulares “lo mas difícil posible”, pero, a la vez, “dificultar de la manera más directa que otras personas puedan ingresar irregularmente”.
Lucas recomendó que “lo mejor que pueden hacer los peticionarios de asilo es aprender más acerca de sus derechos y buscar asesoría de buenos abogados de inmigración que puedan ayudarles a tener la mejor oportunidad de superar el proceso, si su solicitud de asilo es genuina”.
Si la solicitud pasa, habría otro impedimento: “El congelamiento de las contrataciones que ha dictado Trump puede llegar a significar que no se pueden contratar a más jueces para cortes de inmigración, cuando estas cortes ya tienen una inmensa carga de casos y han estado crónicamente con baja asignación de fondos”, detalló la abogada de inmigración.
El sistema, que ya es todo un entramado para los inmigrantes, se torna un auténtico laberinto.
El aumento de menores no acompañados y unidades familiares procedentes de Centroamérica ha contribuido a saturar aún más las cortes de inmigración, que dependen del Departamento de Justicia.