“Este es un país que maltrata a sus animales”
Veterinarios y técnicos del Ministerio de Medio Ambiente explican la violencia contra los animales como una costumbre de las personas de verlos como objetos, que no tienen necesidades.
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RECUPERAN CAIMÁN HERIDO EN AHUACHAPÁN
Mutilaciones y fracturas. Veterinarios y técnicos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) atienden un promedio de 250 animales, entre nativos y exóticos, cada año víctimas de agresiones provocadas por la mano del hombre. El caso más reciente ocurrió el jueves pasado: un caimán adulto hembra, de aproximadamente 1.20 metros de largo y 11.4 libras de peso, fue encontrado en Santa Rita, Ahuachapán, con una lesión en la cabeza provocada posiblemente “por un machetazo”, pero que no afectó el cráneo; pues “responde satisfactoriamente a los estímulos”, según dijo Katia Gómez, veterinaria del MARN.
Sin embargo, el animal fue operado ayer por la tarde para suturar la herida. De acuerdo con la experta, por tratarse de un animal de sangre fría, la lesión puede tardar hasta dos años en sanar.
Además de esa herida, el caimán presenta otra lesión en el abdomen y una cicatriz en el lomo. Se trata de otro golpe que no logró penetrar la gruesa piel.
Un día antes, el MARN también informó de un búho que fue atacado con piedras que le dejaron el pico “en un hilo”, por lo que tuvieron que remover la parte superior y ahora tiene que ser alimentado con asistencia. Eso lo ha condenado a vivir en cautiverio el resto de su vida, pues no sobreviviría por cuenta propia.
Veterinarios y técnicos de Medio Ambiente dicen que las agresiones que sufren los animales no tienen sentido. Se trata de una violencia sin explicación.
“Somos un país que maltrata mucho a sus animales. Es una cultura, ahora lo vemos como maltrato; pero realmente es una costumbre de ver a los animales como objetos”, dijo Gómez en un intento por explicar un fenómeno que ha estado presente siempre.
La veterinaria agrega que los animales sienten y tienen necesidades y “por esa razón adoptan conductas cuando no se cumplen sus necesidades”. Agrega que la gente “los tilda de malcriados y agresivos; pero ellos tienen su naturaleza que no respetamos porque los vemos como objetos para adorno, para lucirnos delante de los vecinos; pero no les damos el cuido que merecen. Si se muere, consigue otro”.
Gómez señala que solo el 70 % de los animales que atienden en el centro de recuperación del MARN logra ser devuelto a su hábitat, pues “depende de cómo es la lesión que traen. A veces no se pueden liberar, como las guaras que ya no existen en libertad”.